París.- Así, por primera vez en 216 años, la catedral de ocho siglos se mantendrá silenciosa una noche de Navidad.
Entretanto, el pasado 16 de diciembre llegó a las instalaciones de Notre Dame la grúa gigante por piezas en un convoy excepcional de 40 camiones.
Dos días más tarde desembarcó el poste de transformación eléctrica, un mecanismo indispensable que alimentará de manera permanente las instalaciones.
La grúa, que llegará a los 75 metros, puede levantar hasta ocho toneladas.
Esta grúa será la encargada de llevar a cabo la operación más delicada de toda la obra hercúlea de estabilización: la retirada de 10 mil tubos de metal -250 toneladas en total- que el incendió del 15 de abril soldó.
Se trata de un trabajo de varios meses que necesita muchos preparativos a causa de su complejidad.
El andamio deformado, fragilizado, con una estructura de inmensa tela de araña que se alza en pleno cielo amenaza a la bóveda y al equilibrio de la catedral.
Esta joya del arte gótico sigue estando, ocho meses después del incendio, en estado de urgencia absoluta.
El desmontaje, que podría durar varios meses, está previsto que comience en febrero.