Por qué los humanos nos damos besos

Los besos son las muestras de cariño más comunes en las culturas de occidente.

Los humanos acostumbramos a demostrar el cariño con besos / Especial
México. /

¿Alguna vez te has preguntado, por qué los humanos nos damos besos?, la respuesta va más allá de lo emocional y sin embargo, el beso es una de las acciones más instintivas de nuestra especie, por lo que a continuación te explicamos, de dónde viene esta costumbre.

Cuando estás con tu pareja, ¿has sentido como se detiene el tiempo?, físicamente esto es imposible, pero esta sensación de estar cerca de quien uno ama sin duda da constancia de la relatividad de los segundos.

Existen momentos especiales en los que la distancia se rompe, y ocurre un encuentro de alma y piel, la concreción de un sentimiento germinante, la síntesis del amor, un beso…

¿Los besos son naturales o son costumbres aprendidas?

El acto de besarse con los labios es considerado por muchos como un gesto romántico universal. Sin embargo, ¿qué tan común es realmente este tipo de beso? Un estudio que analizó 168 culturas reveló que menos de la mitad de ellas practican el beso en los labios en un contexto romántico, excluyendo otros tipos de besos como los entre padres e hijos o los de saludo.

Los besos son una de las formas más instintivas que tenemos los humanos para demostrar afecto / Especial

​Este hallazgo plantea la pregunta: ¿qué aspectos del beso consideramos realmente importantes?

Una teoría sugiere que el gusto innato por el tacto labial puede ser una razón detrás del beso. Desde temprana edad, asociamos el contacto de los labios con la alimentación, lo que podría explicar por qué este gesto nos resulta tan positivo.

Además, nuestros labios son altamente sensibles, lo que los convierte en una parte del cuerpo especialmente receptiva al contacto.

Se ha observado que en culturas donde no es común el beso en los labios, se encuentran otras formas de intimidad. Por ejemplo, los inuits en el Ártico practican el "beso oceánico" o esquimal, donde frotan sus narices en lugar de los labios.

Incluso existe el suspiro Samoano, dónde se juntan las frentes y se pega la nariz, mientras al mismo tiempo se inhala aire, compartiendo así la misma vida.

¿Cuál es la historia del beso?

La evidencia más antigua de un comportamiento similar al beso se remonta a textos hindúes hace unos 3.500 años. Sin embargo, las razones detrás de este acto son aún objeto de debate. Algunos sugieren que se originó en la premasticación de alimentos entre madres e hijos en nuestros ancestros antiguos, mientras que otros lo ven como una forma de compartir información íntima y fortalecer la conexión emocional.

¿Cómo han evolucionado los besos?

A pesar de prohibiciones históricas y preocupaciones sobre la salud, el beso ha perdurado a lo largo del tiempo. Aunque su práctica puede variar según la cultura y el contexto social, el acto de besarse sigue siendo una forma poderosa de expresar intimidad y conexión emocional entre las personas.

Entonces ¿Por qué nos besamos? Ya sea por un gusto natural o una forma socialmente aceptada de compartir amor, el beso es una parte integral de la vida del ser humano, y como dijo el poeta “de alguien fue la palabra antes que mía” y la mejor manera de hablar sobre esto es con poesía y para tal titánica tarea Gabriela Mistral tiene la palabra correcta:

"Besos", Gabriela Mistral

Hay besos que pronuncian por sí solos
la sentencia de amor condenatoria,
hay besos que se dan con la mirada
hay besos que se dan con la memoria.
Hay besos silenciosos, besos nobles
hay besos enigmáticos, sinceros
hay besos que se dan sólo las almas
hay besos por prohibidos, verdaderos.
Hay besos que calcinan y que hieren,
hay besos que arrebatan los sentidos,
hay besos misteriosos que han dejado
mil sueños errantes y perdidos.
Hay besos problemáticos que encierran
una clave que nadie ha descifrado,
hay besos que engendran la tragedia
cuantas rosas en broche han deshojado.
Hay besos perfumados, besos tibios
que palpitan en íntimos anhelos,
hay besos que en los labios dejan huellas
como un campo de sol entre dos hielos.
Hay besos que parecen azucenas
por sublimes, ingenuos y por puros,
hay besos traicioneros y cobardes,
hay besos maldecidos y perjuros.
Judas besa a Jesús y deja impresa
en su rostro de Dios, la felonía,
mientras la Magdalena con sus besos
fortifica piadosa su agonía.
Desde entonces en los besos palpita
el amor, la traición y los dolores,
en las bodas humanas se parecen
a la brisa que juega con las flores.
Hay besos que producen desvaríos
de amorosa pasión ardiente y loca,
tú los conoces bien son besos míos
inventados por mí, para tu boca.
Besos de llama que en rastro impreso
llevan los surcos de un amor vedado,
besos de tempestad, salvajes besos
que solo nuestros labios han probado.
¿Te acuerdas del primero...? Indefinible;
cubrió tu faz de cárdenos sonrojos
y en los espasmos de emoción terrible,
llenáronse de lágrimas tus ojos.
¿Te acuerdas que una tarde en loco exceso
te vi celoso imaginando agravios,
te suspendí en mis brazos... vibró un beso,
y qué viste después...? Sangre en mis labios.
Yo te enseñé a besar: los besos fríos
son de impasible corazón de roca,
yo te enseñé a besar con besos míos
inventados por mí, para tu boca.

ERV

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