En las últimas semanas, las redes sociales se han llenado de comentarios que utilizan los términos "psicópata" y "sociópata" para describir a celebridades que participan en La Casa de los Famosos México, pero, ¿es correcto usar estos términos?
El uso de estos términos para describir a personas en la esfera pública, puede llevar a malentendidos y perpetuar estereotipos. Por otro lado, este señalamiento suele usarse como sinónimos, a pesar de tener diferencias.
En el ámbito de la psicología, ambos trastornos de la personalidad comparten algunas características, existen diferencias significativas que vale la pena destacar. Aquí en TELEDIARIO te compartimos los expertos al respecto.
Estos términos no deben usarse a la ligera ni como insultos. La psicopatía y la sociopatía son trastornos complejos que requieren diagnóstico profesional. Además, describir a alguien como psicópata o sociópata sin una evaluación adecuada contribuye a la estigmatización de personas con trastornos de la personalidad.
¿Qué es la psicopatía?
La psicopatía y la sociopatía son dos términos frecuentemente utilizados para describir a individuos con trastornos de la personalidad.
Aunque ambos términos a menudo se usan indistintamente en conversaciones cotidianas, la psicología y la psiquiatría reconocen diferencias claras entre estos dos perfiles.
Comprender estas diferencias es crucial para abordar adecuadamente estos trastornos y para evitar la estigmatización de quienes padecen condiciones de salud mental.
De acuerdo con Claudia Georgina Viazcan Lozano, directora general de Consultoría en Psicología Forense y Clínica CPFC, creadora y fundadora de la página de Facebook “Psicología Forense”, perito en psicología forense, psicoterapeuta y docente de la Academia Internacional de Formación en Ciencias Forenses (AIFCF), la psicopatía se considera un trastorno de la personalidad que se caracteriza por un conjunto de rasgos específicos, como la falta de empatía, el egocentrismo extremo y un comportamiento manipulador.
Aclaró que este trastorno, donde se combina la parte biológica y del entorno, no es lineal en todos los que la padecen, pues algunos pueden tener todas las características y otros no, y eso no quiere decir que no tenga padecimiento.
Agregó que otros rasgos a considerar son que estos sujetos suelen ser individuos fríos y calculadores, capaces de planificar con meticulosidad sus acciones sin mostrar remordimiento alguno por el daño que puedan causar a otros. Esta falta de empatía y arrepentimiento se debe a una deficiencia en la estructura cerebral relacionada con el procesamiento de las emociones, como la amígdala.
Además, indicó que los psicópatas a menudo son encantadores y carismáticos, lo que les permite manipular a las personas a su alrededor con facilidad. Esta habilidad puede hacer que sean percibidos como personas exitosas y normales a simple vista, incluso pueden ocupar posiciones de poder en la sociedad. Sin embargo, detrás de esta fachada se encuentra una falta profunda de consideración por los sentimientos y derechos de los demás.
¿Qué es la sociopatía y cuál es la diferencia con la psicopatía?
Por otro lado, la sociopatía también se clasifica como un trastorno de la personalidad, pero tiene diferencias significativas con la psicopatía.
En primera instancia, la especialista explicó que el término “sociopatía” ya no es utilizado en el campo de la psiquiatría y psicología, pues es un antecedente del ahora conocido “trastorno antisocial de la personalidad”.
Señaló que “si nos vamos a la definición etimológica de sociopatía, pathos, enfermedad, y socio, es decir, romper las reglas, transgredir las normas, ¿no? A eso se refería donde el comportamiento del sujeto estaba más marcado en ser como un criminal, es decir, un delincuente que está delinquiendo continuamente.
Por eso se dejó a un lado ese concepto porque nos hablaba como de más conductas que estuvieran, digamos, reguladas por el derecho, por las normas”.
En tanto, el trastorno antisocial de la personalidad se caracteriza por un patrón general de desprecio por las consecuencias y los derechos de los demás, en donde cometen actos imprudentes, de explotación, engañosos e ilegales para beneficio o placer personal sin remordimiento alguno.
A su vez, Viazcan remarcó que el término “antisocial” se refiere a que la persona va en contra de las normas, destacándose más por la realización de comportamientos delictivos a comparación de alguien con psicopatía.
“El trastorno antisocial se caracteriza más por comportamientos delictivos. En cambio, el psicópata lo puedes encontrar sin comportamientos delictivos y con una aparente normalidad de adaptación a su entorno. Porque estos psicópatas, estos asesinos seriales, pueden estar casados, pueden ser maestros, pueden ser empresarios.
Es decir, no se les nota, te voy a decir la palabra, lo ‘lacra’, así tal cual, como los que están en reclusorio”, apuntó.
Además, estos sujetos no planifican con tanto cuidado sus acciones y pueden actuar de manera impulsiva, además de tener alguna dependencia hacia sustancias psicoactivas. Su comportamiento antisocial a menudo es más evidente, ya que tienden a ser menos hábiles para mantener una apariencia de “normalidad” -o funcionalidad- en la sociedad.
“Entonces, las características del trastorno antisocial de la personalidad son muy evidentes: es el que no mantiene un trabajo, el que no es responsable con su familia, el que tiene constantes peleas, adicciones, alcoholismo; es decir, se le nota de entrada que tiene un grave problema con las normas y de personalidad, por supuesto, y al otro no, puedes estar hablando con él y puede ser hasta un científico”, puntualizó.
Aunque los términos "psicópata" y "sociópata" se utilizan frecuentemente de manera intercalada, entender sus diferencias es crucial para la correcta evaluación y tratamiento de estos trastornos. Aunque ambos grupos presentan desafíos significativos para la sociedad y para sí mismos, las estrategias de intervención pueden variar considerablemente.
Es importante abordar estas condiciones con un enfoque basado en la ciencia y en la comprensión, evitando estereotipos y conceptos erróneos que pueden contribuir a la estigmatización de las personas con trastornos de salud mental. En última instancia, la educación y la sensibilización son claves para promover una sociedad más inclusiva y consciente de la complejidad de los trastornos de personalidad.
“Yo no creo que la gente coloquialmente esté capacitada para señalar a un verdadero psicópata, nada más agarran dos que tres rasgos, como cuando dicen ‘ay estoy depre o soy bipolar’; entonces creo que si se necesita más conocimiento para poder, y más respeto para no hacerlo”, finalizó.
AFV