Lidiar con afecciones en el cuerpo siempre es incómodo, más si estas problemáticas están relacionadas con el área genital, y más aún sí complican nuestras actividades cotidianas.
Una de estas afecciones, de carácter sexual, es el vaginismo, el cual es considerado como un espasmo involuntario en los músculos que rodean la vagina y provocan que esta se estreche.
Esta situación es considerada como un problema sexual, ya que es posible que quien la padezca no pueda tener actividad de esta índole, ya que, más que placentero, el encuentro es doloroso y/o difícil.
De igual manera, este problema suele evitar que se hagan exámenes médicos en la zona, ya que puede generar un dolor intenso a la mujer al contacto con la zona vaginal.
Entre las posibles causas del vaginismo se encuentran: el trauma o abuso sexual en el pasado, factores de salud mental, una respuesta desarrollada por el dolor físico o hasta las mismas relaciones sexuales, según indica la plataforma online MedlinePlus, que brinda información de la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos.
Además de estas circunstancias, también se detalla que en algunas ocasiones la afección puede no tener un origen, y se establece que el padecimiento es poco común.
Algunos de los síntomas que ayudan a reconocer que se padece de vaginismo son el dolor vaginal durante la relación sexual o en un examen pélvico, así como la dificultad para la penetración, que en algunos casos no es posible o casi siempre suele ser dolorosa.
Un examen pélvico puede confirmar el diagnóstico de vaginismo, aunque es necesario realizar una historia clínica y un examen físico completo para intentar detectar otras causas de dolor en la relación sexual.
¿Cómo tratar el vaginismo?
La afección puede ser tratada por un equipo médico compuesto por un ginecólogo, un fisioterapeuta y un sexólogo.
El tratamiento implica una combinación de terapia física, educación, asesoramiento y ejercicios, como los destinados a fortalecer los músculos del suelo pélvico, como la contracción y relajación.
El profesional de la salud puede sugerir la administración de medicamentos por vía intravaginal para ayudar a relajar los músculos de la vagina.
Además, se pueden recomendar ejercicios de dilatación vaginal mediante el uso de dilatadores plásticos. Este enfoque tiene como objetivo desensibilizar a la persona a la penetración vaginal. La realización de estos ejercicios debe llevarse a cabo bajo la supervisión de un sexólogo, terapeuta físico u otro proveedor de atención médica competente.
La terapia debe involucrar a la pareja y, gradualmente, puede conducir a una mayor intimidad. Con el tiempo, es probable que se logre una relación sexual satisfactoria.
cog