Según una investigación realizada por la revista 'The Art Newspaper', el pintor Vincent Van Gogh le dio la oreja que se cortó a Gabrielle Berlatier, una joven francesa, que entonces tenía 18 años y trabajaba como doncella en un burdel, según la revista.
Para identificar a la muchacha, cuya identidad fue una incógnita durante 127 años, la publicación siguió las pistas del libro 'Van Gogh's ear: The true story', en el que la escritora e historiadora irlandesa Bernadette Murphy, se refería a una mujer como la persona que recibió el órgano auditivo del pintor postimpresionista.
La autora señaló en su obra que decidió ocultar el nombre de la mujer, después de que la familia le expresara su deseo de no revelarlo. Tras los estudios de esta escritora, The Art Newspaper afirma que inició una investigación que les llevó a rastrear los archivos del Institut Pasteur de París, donde encontraron a una paciente llamada Gabrielle Berlatier, que contrajo la rabia después de la mordedura de un perro en enero de 1888.
El nombre de 'Gaby' apareció por primera vez en un artículo de 1936, que citaba a Alphonse Robert, el policía que recibió una llamada del burdel en el que Van Gogh se cortó el órgano auditivo. Tras cortarse la oreja, el pintor se la entregó a la joven, que decidió no contar a nadie este episodio de su vida, según la investigación.
La revista también pudo saber que Berlatier trabajó como limpiadora en el Café de la Gare en el sur de Francia, un establecimiento propiedad de amigos de Van Gogh, donde el pintor permaneció en una de las habitaciones y pintó su obra 'The Night Cafe'.
El hecho de que la joven conociera a los dueños del local llevó a la revista a concluir que Berlatier era una persona a la que Van Gogh veía con regularidad.
Lo que sigue sin explicación son las circunstancias en que Van Gogh se cortó la oreja. Una de las versiones consistente en que Van Gogh amenazó a un colega suyo después de una discusión y lo persiguió con una navaja, y que luego, de noche, este se automutiló envolviendo en un paño la oreja y llevándola como regalo a una prostituta de un burdel de Arlés.
SCA