La reciente producción de Luis Estrada, ¡Qué Viva México!, que ha generado opiniones divididas ya se estrenó en la plataforma de streaming Netflix y una de las dudas de sus espectadores es en dónde se grabó el largometraje.
Su locación se ubicó en el estado de San Luis Potosí y cómo sede se eligió uno de los Pueblos Mágicos de esta demarcación que resalta por la historia que resguardan sus calles que ponen en alto el pasado minero de esta comunidad.
Se trata de Real de Catorce, que no solo es mágico por la idea de los paseos que se pueden realizar y del enorme atractivo turístico que despierta; además en este espacio se genera una atmósfera que te hace sentir que realizaste un viaje al pasado y probablemente encontrarás un pasado histórico.
Tanto así que entre los lugares para visitar se encuentra el Pueblo Fantasma de Real de Catorce que fue bautizado de esta manera, debido a que alberga diferentes edificaciones abandonadas, que aparecen así de entre las entrañas del desierto, lo que causa la idea de que de pronto verás a gente que no existe salir de ahí.
Los lugares en ruinas corresponden a las haciendas de beneficio que vieron su esplendor entre 1880 y 1940, tales como las Minas de Concepción y el tiro del Compromiso.
Para este mágico filme la producción eligió distintos paisajes y sedes de Real de Catorce en San Luis Potosí, sin embargo, otras escenas fueron grabadas en el Estado de México. En total estuvieron grabando en este lugar, durante dos meses, en los que el escenario fue el desierto Wirikuta, donde la película no necesitó crear un foro del pasado.
De acuerdo con las autoridades de Real del Catorce con la grabación de esta película obtuvieron una derrama económica de 20 millones de pesos, dato dado por la Secretaría de Turismo de San Luis Potosí.
ERV