La salud del cerebro es un tema que cada vez toma más importancia, sin embargo, a menudo no se le da la atención que merece. Sin embargo, a pesar de ello, existen cada vez más evidencias sobre lo que podemos hacer para conservar su funcionamiento óptimo. Recientemente, un estudio realizado por la prestigiosa Universidad de Stanford en Estados Unidos, ha revelado las consecuencias que para la salud del cerebro que causa el hecho de quejarnos constantemente de algo.
Según el estudio, la exposición diaria a 30 minutos de quejas puede dañar las neuronas del hipocampo, una región del cerebro utilizada para la resolución de problemas y la memoria.
Esta exposición incluye tanto las quejas propias como las de alguien más en nuestro entorno. Los efectos negativos se deben a la acción que generan los pensamientos negativos, los cuales desencadenan la liberación de neurotransmisores asociados con el estrés y la ansiedad, como el cortisol y la adrenalina.
Estos neurotransmisores pueden activar la respuesta de lucha o huida del cuerpo, lo que aumenta la frecuencia cardíaca, la presión arterial y la tensión muscular.
Además, los investigadores utilizaron imágenes de resonancia magnética de alta resolución para detectar vínculos entre las experiencias de vida estresantes y la exposición a largo plazo a las hormonas producidas durante el estrés, lo que podría llevar al encogimiento del hipocampo.
Cabe mencionar en el libro “Cómo quejarse reconfigura tu cerebro para la negatividad”, el Dr. Travis Bradberry señala algunos puntos que son similares a los revelados en el estudio. En su libro describe que las constantes expresiones negativas, de descontento o furia generan una nueva configuración en el cerebro, donde el cerebro entiende que es más fácil ser negativo que positivo.
Por lo tanto, es fundamental tomar conciencia de la importancia de evitar la queja y el pensamiento negativo en nuestras vidas.
Debemos buscar activamente mantener una actitud positiva y agradecida, lo que no solo mejorará nuestra salud mental y emocional, sino que también puede tener un impacto positivo en nuestra salud cerebral y cognitiva a largo plazo.
Pequeñas acciones como practicar la gratitud diariamente o enfocarnos en soluciones en lugar de problemas pueden hacer una gran diferencia en nuestro bienestar general.