El presidente del comité organizador de la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara, Raúl Padilla López, pidió hacer cambios a la política cultural y educativa en el país, desde “un espacio para el debate, las coincidencias y discrepancias”, como lo es el encuentro editorial.
“Tenemos que lamentar que la educación, particularmente la superior la ciencia y la cultura, no fueron prioridades en sexenios anteriores, esperamos que ahora, que se despliegan fuertes impulsos transformadores en el país, estos rubros sean el principal pivote del desarrollo nacional”.
Desde su perspectiva, resulta difícil entender que en el presupuesto federal se recorte el financiamiento a las universidades públicas, bajo la certeza de que cualquier alternativa “que no ponga énfasis en la calidad del aprendizaje corre el riesgo de perpetuar la inequidad en lugar de aminorarla”.
“En cultura es momento de redefinición de prioridades tanto en las políticas, como en el presupuesto. Necesitamos avenidas no sólo para la promoción de la cultura comunitaria, sino para una concepción de la cultura como un factor estratégico de construcción de ciudanía e impulso económico”, aseguró Padilla López, previo a la entrega del Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances al poeta mexicano David Huerta.
Aun cuando reconoció la labor desarrollada por Alejandra Frausto al frente de la Secretaría de Cultura por construir una política vigorosa y diversa, Raúl Padilla López también se refirió a las políticas editoriales y de fomento a la lectura, que si bien son “loables en su propósito esencial”, no siempre ofrecen buenas perspectivas.
“Por encomiable que resulte la idea de llevar más libros a más lectores, la sola difusión de las obras fundamentales de literatura universal y mexicana, sin la apertura de mayores espacios editoriales a nuevos talentos, pensares o literatos, corre el riesgo de restringir la posibilidad de acceso a nuevas voces e ideas por parte del público lector, estrechando con ello los beneficios de la lectura”.
En una ceremonia encabezada por Alejandra Frausto Guerrero, secretaria de Cultura del gobierno federal; Juan Manuel Santos, Premio Nobel de la Paz, Enrique Graue, rector de la UNAM; Enrique Alfaro, gobernador de Jalisco; y el rector de la Universidad de Guadalajara, Padilla López aseveró que “los empeños ideológicos son lesivos para la integridad, la honestidad y la libertad, en el ámbito del arte, la ciencia y la cultura”, cuando estos espacios están obligados a la plena libertad de pensamiento, haciendo de la crítica el sustento de la vitalidad.
“Sin la libertad intelectual y la madurez cognoscitiva que se origina en la cultura, no hay ciudadanía democrática ni gobiernos democráticos”.