PUEBLA. En el segundo día de vacunación en Huejotzingo el tiempo de espera se redujo de seis a una hora y la aplicación de las dosis fue más ágil y ordenada.
La logística se dividió por horarios y bloques de personas para evitar aglomeraciones y también se abrió una mesa de registro para aquellos "abuelitos" que no obtuvieron su folio el fin de semana pasado.
Para la aplicación, las filas comenzaron a formarse a las 7 de la mañana. Ahí surgieron dos historias conmovedoras.
Ama de casa nacida en 1922, fan de Pedro Infante y del carnaval huejotzinca, doña Guadalupe anhelaba la vacuna anticovid para seguir disfrutando a sus 32 bisnietos y 13 tataranietos.
A sus 98 años de edad y consciente de un virus que ha cobrado la vida de más de 10 mil personas en Puebla, Guadalupe envía este mensaje.
En el Centro de Salud de Momoxpan en San Pedro Cholula, se presentó Juan Manuel de 75 años con su madre, la señora Ana María de 100 años de edad.
A lo largo del año en pandemia, es la primera vez que salen de su casa y el ánimo se veía en sus caras.
Con un centenario de vida, Ana María recuerda la peste española, ya vivió temblores, influenza, el cambio de 15 presidentes y lo que más extraña es su profesión como educadora.
Tras recibir la vacuna, lo que anhela es volver a caminar por el centro y comer mole dulce con una "coquita fría".
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