Un ambiente vibrante y cargado de emotividad se vivió recientemente en uno de los recintos más icónicos de México, la Basílica de Guadalupe. Entre murmullos de devoción y baile, una escena atípica acaparó la atención de los visitantes, un acto sonidero único en su tipo, donde el protagonista fue una figura entrañable que encarna la unión entre tradición y modernidad: un ternurin.
Este momento, denominado por usuarios en redes sociales bajo la categoría de “México surrealista”, atrajo varias miradas durante una de las peregrinaciones más emblemáticas de la cultura urbana: la de los sonideros.
¿Qué son los ternurines?
Los ternurines son un fenómeno dentro de las tendencias actuales en México y el mundo, el cual son pequeñas figuras de animales que se caracterizan por ser adorables y simpáticas.
Estos pequeños seres tienen una apariencia tierna, con cuerpos redondeados, colores brillantes y suaves pelajes, los cuales también se presentan en situaciones cotidianas que suelen identificar las vivencias cotidianas de las personas.
Los ternurines no sólo tienen un diseño visual atractivo, sino que su carácter también está lleno de inocencia y amabilidad, lo que los hace muy populares entre niños y adultos por igual.
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Así se vivió la peregrinación de sonideros en CdMx
La peregrinación de sonideros a la Basílica de Guadalupe es una tradición única en la Ciudad de México que fusiona la devoción religiosa con la música de los sonideros, un fenómeno cultural que ha caracterizado a diversos barrios populares de la capital.
Cada año, cientos de sonideros y sus familias se reúnen para rendir homenaje a la Virgen de Guadalupe en su santuario, llevando consigo sus equipos de sonido portátiles y su música tropical, cumbia, salsa y otros géneros populares, caracterizándose por la alegría y el ambiente festivo que crean los asistentes mientras recorren las calles en procesión hacia la Basílica.
A pesar de que el evento es de carácter religioso, la música y la fiesta son elementos fundamentales de la celebración. Los sonideros, conocidos por su habilidad para animar las fiestas populares en diversos eventos, aprovechan la ocasión para compartir su pasión por la música mientras mantienen un profundo respeto por la tradición religiosa.
Este evento ha logrado consolidarse como una manifestación cultural que celebra tanto la fe como el legado musical de los sonideros, convirtiéndolo en un momento emblemático dentro de las festividades guadalupanas.
‘Ternurin sonidero’ en la Basílica de Guadalupe
El evento, que inicialmente pareció un acto más de veneración a la Virgen de Guadalupe, escondía un toque innovador que sorprendió a los asistentes con un peculiar homenaje musical.
En el centro de la explanada, una pista pequeña pero bien definida se dispuso estratégicamente, junto a una mesa equipada con micrófonos, mezcladoras y el característico set de un sonidero. Pero no era cualquier sonidero; el espectáculo fue dirigido por un personaje que, por su carisma y ternura, se ha ganado el corazón de sus seguidores.
El ‘ternurin sonidero’ realizó una grabación especial frente a la Basílica, acompañada por una atmósfera que combinó las notas rítmicas de la música sonidera con el fervor religioso del lugar. Vestido con detalles coloridos y elementos tradicionales, el ternurin se posicionó como el centro de atención por el simbolismo detrás de su presencia en un espacio sagrado.
Su video, que se hizo viral rápidamente, no dejó pasar los bailes y el ambiente festivo que se vivía en las afueras de las Basílica, dejando en claro que la mezcla de tradiciones aparentemente opuestas puede generar momentos memorables. Así, el ‘ternurin sonidero’ no sólo conquistó la Basílica de Guadalupe, sino que reafirmó que la música, como la fe, tiene el poder de unir a las personas.
AFV