Recientemente se hizo viral un video en el que una chica que relató que renunció a su trabajo el mismo día que había entrado y poco después ha salido a la luz un video más de una chica que pasó por una situación similar.
Agustina, una joven trabajadora, se vio en la necesidad de abandonar su recién conseguido empleo en un establecimiento de comida rápida apenas unas horas después de haber comenzado. La joven manifestó los malos tratos que sufrió en este lugar y el detalle desagradable que la llevó a renunciar.
Esta inusual historia tuvo lugar a principios de mayo y fue compartida por la joven a través de TikTok, donde narró su desafortunada experiencia laboral.
Todo se inició cuando el novio de Agustina encontró un anuncio que buscaba personal femenino para un restaurante. De manera rápida, ambos prepararon un currículum y lo entregaron en el establecimiento. Sin embargo, los problemas surgieron desde el primer contacto, ya que la encargada decidió llamar a Agustina un domingo para realizarle la entrevista de trabajo.
Luego de una breve conversación telefónica, acordaron una cita para el día siguiente con el fin de que Agustina comenzara a trabajar. Sin embargo, al presentarse en el local, se encontró con la sorpresa de que la encargada no estaba allí y que debía dirigirse a otra sucursal. Agustina no dejó que esta confusión la desanimara y siguió adelante para comenzar con sus labores.
Relató que el aroma en el vestuario era muy desagradable, pues había un olor penetrante a cigarro, además de que el uniforme también olía mal.
“Tenía olor horripilante la ropa. Era una campera y una gorra, y me obligaron a ponerme la gorra. Tenía olor a cigarrillo, como que nunca lo lavaban”.
La joven detalló que fue contratada para las labores de limpieza del lugar y que, a pesar de las condiciones, decidió empezar a trabajar.
Sin embargo, durante sus primeras horas de trabajo, Agustina se percató que quienes llevaban más tiempo trabajando hacían muy pocas labores, mientras que ella y una compañera nueva se llevaban toda la carga de trabajo.
“Ellas comían pizza, tomaban coca y ni siquiera nos ofrecieron un vaso de agua. Se chamuyaban a los clientes y estaban con el celular”.
La mujer contó que tras la jornada habló con sus papás de las condiciones laborales en las que se encontraba y decidió dejar de ir.
“Le conté todo a mis papás y nunca más volví. Le mandé todo a la que verificaba que esté todo bien y me clavó el visto. Les recomiendo que no se dejen maltratar por nadie, personas así hay en todos lados, pero no lo permitan porque es re feo”, finalizó la joven.