Las tormentas solares suceden cuando el Sol lanza grandes ráfagas de energía en forma de erupciones solares y expulsiones de masa coronal. Estos fenómenos mandan una corriente de descargas eléctricas y campos magnéticos hacia la Tierra a una velocidad aproximada a los cinco millones de kilómetros por hora.
De acuerdo a la NASA, las tormentas solares pueden ser descritas como un “fogonazo” de cañón, el cual genera una explosión de luz capaz de llegar a la Tierra en tan sólo minutos.
Es habitual que las tormentas solares afecten algunas frecuencias y señales de GPS, situación que aumentará en los próximos años debido a que a finales de 2019, el Sol empezó a emitir más erupciones, las cuales incrementarán entre 2024 y 2026, según expertos de la NASA.
Hay una actividad constante sobre la superficie del Sol conocida como clima espacial, la cual puede causar afectaciones tanto a la Tierra como a otros lugares del sistema solar debido a que durante este movimiento, el Sol expulsa gas y partículas cargadas de electricidad.
Lo anterior está relacionado con las tormentas solares debido a que esta actividad magnética del Sol causa este fenómeno, de tal forma que el viento solar se hace más fuerte durante estas tormentas, y los fuertes vientos solares pueden ser peligrosos, de acuerdo a expertos de la NASA.
¿Qué consecuencias sufre la Tierra ante una tormenta solar?
A través de las fulguraciones solares, la Tierra puede sufrir tres tipos de efectos, uno de ellos es la emisión áspera de radiación ultravioleta extrema y rayos x, y puede causar apagones de radios de alta frecuencia en las comunicaciones.
Además, se generarían tormentas de protones, lo que quiere decir que son partículas energéticamente cargadas de radiación y pueden influir y tener consecuencias nocivas en los seres humanos que están en el espacio.
También se expulsarían grandes estructuras de plasma en varias direcciones, las cuales perturban el campo geomagnético produciendo una tormenta geomagnética intensa que dura varias horas.
La Tierra está protegida con lo que se conoce como campo magnético y está alrededor de la atmósfera. Ambos fungen como escudo y previenen las explosiones del viento solar, por lo que las partículas eléctricas chocan contra este escudo y fluyen alrededor.
No obstante, en algunas ocasiones, las partículas con carga eléctrica atraviesan el escudo que protege a la Tierra, momento en el que se genera un fenómeno conocido y apreciado visualmente como las auroras boreales o australes, según los expertos.
AA