Un conductor de Uber relató una historia sobre una mujer de la tercera edad que fue llevada a un asilo de ancianos en contra de su voluntad.
La cuenta de TikTok @cristan_michell subió el video donde Cristian, el conductor, narra cómo levantó un pasaje que se trataba de una anciana, misma que se mostraba desconcertada, pues no quería subirse al carro.
El conductor contó que aceptó el viaje y cuando llegó al lugar a recoger al usuario, era una mujer de la tercera edad, sentada en una banca con cinco bolsas negras. Es entones cuando la mujer ve el automóvil y a decir de Cristian, se le acercó mientras se secaba su cara con su mandil.
Cristian dijo que la viejita estaba afuera de una casa de dos pisos, y notó que alguien se asomaba por una ventana, entonces le llegó un mensaje que le indicaba que recogiera a la viejita.
Fue entonces que el conductor se acercó a la mujer y esta comenzó a llorar, sin embargo tuvo que recogerla junto con sus cosas y llevarla al destino pactado.
La mujer le dijo a Cristian que ella no sabía por qué la habían corrido de su casa, pues solo se había orinado, pero no entendía por qué eso era tan malo.
“Es que yo no he hecho nada malo, solo me hice pipí, dile a mi hija que yo no he hecho nada malo, que si quiere lavo mi ropa”, relata el conductor las palabras que le dijo la mujer mayor.
Al subir a la mujer al carro, el conductor notó que esta estaba mojada de la ropa, por lo que el conductor tuvo que utilizar una toalla para ponerla en el asiento y poder llevarla.
La mujer explicó que su yerno se molestó bastante luego de que se hiciera pipí en la ropa, pues sufre de incontinencia, por lo que le gritó y le dijo que no la soportaba y la corrió, a lo que su hija no la defendió.
El conductor siguió escuchando lo que vivió la abuelita, pues ese día se levantó para preparar el desayuno, pero ella no alcanzó a comer, y la dejaron en ayunas, además que el yerno la agarró de la mano, la sacó de la casa a las 9 de la mañana, y el Uber paso hasta las 10, por lo que estuvo una hora sola y en ayunas.
Para rematar la historia, la mujer mayor le dijo al conductor que ese día era el de su cumpleaños, y que no la felicitaron.
Al final el conductor le terminó dando una torta que él llevaba para comer, y el destino era un asilo que ya la estaba esperando.
MQ