LA HAYA. - Científicos holandeses han sacado de la estantería de un museo un respirador East Radcliff de fabricación inglesa construido en los años 60 para usarlo como patrón para elaborar modelos baratos y fáciles en la lucha contra el coronavirus.
"El beneficio de este aparato es que el núcleo de la máquina es enteramente mecánico, así que no necesitas software ni electrónica para manejar el sistema", dijo el profesor Gerwin Smit, de la Universidad Delft y cerebro del proyecto.
Su equipo calcula que se pueden construir réplicas del respirador por 2 mil-4 mil euros (2 mil 174-4 mil 347 dólares) en Europa, pero los costos bajarían si se hicieran en un país en desarrollo o tuvieran una producción masiva.
Smit, un ingeniero protésico, dijo que la idea se le ocurrió el mes pasado, mientras el virus se propagaba rápidamente por Países Bajos, y parecía que el país se quedaría corto de camas hospitalarias y respiradores.
Sabía que los primeros respiradores tenían partes simples, pero necesitaba uno con el que poder trabajar e identificó un modelo East Radcliff como una buena posibilidad.
Tras peinar su catálogo en internet, encontró que el museo de ciencias Boerhaave de la cercana Leiden tenía uno en su colección.
"Llamé al museo (y) les pedí tomar prestado el respirador y también les dije que lo iba a desarmar", señaló.
El director del museo, Amito Haarhuis, reconoció que al principio le sorprendió la petición.
"Está absolutamente prohibido prestar nuestras piezas del museo, por no hablar de desarmarlas", afirmó.
No obstante, ante la profundidad de la actual crisis sanitaria, el museo hizo una rápida excepción. "Hay vidas en juego", indicó Haarhuis.
Envió el respirador a la Universidad Delft y el equipo de Smit lo desarmó pieza a pieza para ver cómo funcionaba.
"Hay un humidificador hecho desde una olla a presión, lo que me sorprendió realmente, y la caja de manivelas que hay dentro es la de la rueda trasera de una bicicleta", señaló.
Su equipo quiere compartir sus planos de forma gratuita y enviar una réplica a investigadores en Guatemala.
cog
LA HAYA. - Científicos holandeses han sacado de la estantería de un museo un respirador East Radcliff de fabricación inglesa construido en los años 60 para usarlo como patrón para elaborar modelos baratos y fáciles en la lucha contra el coronavirus.
"El beneficio de este aparato es que el núcleo de la máquina es enteramente mecánico, así que no necesitas software ni electrónica para manejar el sistema", dijo el profesor Gerwin Smit, de la Universidad Delft y cerebro del proyecto.
Su equipo calcula que se pueden construir réplicas del respirador por 2 mil-4 mil euros (2 mil 174-4 mil 347 dólares) en Europa, pero los costos bajarían si se hicieran en un país en desarrollo o tuvieran una producción masiva.
Smit, un ingeniero protésico, dijo que la idea se le ocurrió el mes pasado, mientras el virus se propagaba rápidamente por Países Bajos, y parecía que el país se quedaría corto de camas hospitalarias y respiradores.
Sabía que los primeros respiradores tenían partes simples, pero necesitaba uno con el que poder trabajar e identificó un modelo East Radcliff como una buena posibilidad.
Tras peinar su catálogo en internet, encontró que el museo de ciencias Boerhaave de la cercana Leiden tenía uno en su colección.
"Llamé al museo (y) les pedí tomar prestado el respirador y también les dije que lo iba a desarmar", señaló.
El director del museo, Amito Haarhuis, reconoció que al principio le sorprendió la petición.
"Está absolutamente prohibido prestar nuestras piezas del museo, por no hablar de desarmarlas", afirmó.
No obstante, ante la profundidad de la actual crisis sanitaria, el museo hizo una rápida excepción. "Hay vidas en juego", indicó Haarhuis.
Envió el respirador a la Universidad Delft y el equipo de Smit lo desarmó pieza a pieza para ver cómo funcionaba.
"Hay un humidificador hecho desde una olla a presión, lo que me sorprendió realmente, y la caja de manivelas que hay dentro es la de la rueda trasera de una bicicleta", señaló.
Su equipo quiere compartir sus planos de forma gratuita y enviar una réplica a investigadores en Guatemala.
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