'El Baile de los 41': Un retrato de la represión a la comunidad LGBT+

La película protagonizada por Alfonso Herrera y Emiliano Zurita llegará a las salas de cine el próximo jueves 19 con clasificación C, lo que según su director, David Pablos, evidencia la homofobia en nuestra sociedad.

'El Baile de los 41': Un retrato de la represión a la comunidad LGBT+
Nacional /

CIUDAD DE MÉXICO.- Los prejuicios y la condena al amor entre iguales dieron pie a El Baile de los 41, una película con la que David Pablos se aproximó a un hecho real ocurrido en 1901 que, al paso del tiempo, fue considerado el origen de la lucha por los derechos LGBT+ en México: una fiesta "clandestina" en la que un grupo de homosexuales fue reprimido por la policía.

Esa fue la primera vez que los medios de comunicación mexicanos hablaron sobre homosexualidad.

"'Aquí están los maricones, bien chulos y coquetones', publicó de manera despectiva un medio impreso de aquella época", dijo David Pablos. "Todo lo que decía la prensa sobre ese hecho era a partir del prejuicio, del estigma y de la condena".

Las cosas no son del todo distintas 119 años después: desde hace unas semanas en varios estados de la República se discute el PIN parental, el cual daría autoridad a los padres para intervenir en los contenidos que sus hijos reciben en la escuela, sobre todo aquellos que tienen que ver con diversidad sexual.

"Y por temas así es muy pertinente esta película. A pesar de que hay avances, prevalece una serie de prejuicios contra la comunidad LGBT+, eso habla de lo importante que es contar esta historia hoy. No me deja de sorprender cómo no ha cambiado tanto la sociedad mexicana del porfiriato y la actual; no hay que ir lejos, en el mundo de la política la homosexualidad sigue siendo un tema vetado", agregó el cineasta.

El nombrado "Baile de los 41 Maricones" desató uno de los escándalos más fuertes de aquella época; y es que, según los historiadores y la información de los medios, en esa fiesta en la que algunos vestían como mujeres estuvo presente Ignacio de la Torre y Mier, yerno del entonces presidente Porfirio Díaz, quien fue excluido de la lista para no causar un daño político.

"Hay muchas licencias para hacer una película como esta, conocemos el hecho real, pero no tenemos cómo comprobar que Ignacio de la Torre estuvo ahí; lo sabemos porque fue el gran chisme del siglo, se mantuvo del boca a boca y varios escritores hablaron de esto, pero es muy poco lo que se sabe de Ignacio y de su esposa Amada Díaz", comentó Pablos. "Tomé los hechos contundentes para profundizar la historia, Ignacio y Amada nunca tuvieron hijos e Ignacio desapareció de la vida social, bebía, tenía una relación difícil con la hija de Porfirio Díaz, ella era una hija nacida fuera del matrimonio, en una época como esa, clasista y racista, no la pasó bien, todo eso me esbozó la ficción y los personajes".

Para realizar una película de época se requirió de una inversión superior al promedio y por ello se sumaron Netflix y Cinépolis como coproductores, además de Pablo Cruz y Giulia Cardamone, quienes estuvieron detrás de Luis Miguel: La Serie. El diseño de producción de Daniela Schneider y la fotografía de Carolina Costa jugaron también un papel primordial.

"La preparación fue de mucha lectura, archivos fotográficos, hablar con historiadores, estudiar los aspectos de la vida social del país. Queríamos romper con los estereotipos del cine de época; así que se trabajó con la luz, el vestuario, las locaciones… era una locura por todo lo que implicaba, pero encontré aliados como Cinépolis y Netflix", explicó Pablos.

El baile de los 41 llegará a los cines el 19 de noviembre con una clasificación C, lo que significa que menores de edad no podrán verla.

"No entiendo por qué la violencia explicita es mucho más permisiva en el cine que el amor entre hombres o un desnudo masculino", dijo Pablos, para luego referirse a la violencia que ha sido normalizada en la pantalla grande. "Eso habla mucho del país en el que vivimos, de nuestro contexto actual, en el que por un lado la violencia ha sido normalizada y por el otro sigue habiendo una homofobia y un machismo muy arraigados en la sociedad que hacen que esto (el amor entre dos hombres) sea peor que ver cómo torturan o matan a alguien en una película".

Más allá de su clasificación, la diversidad sexual sigue siendo un terreno por el cual se lucha todos los días. El número 41 se cubrió de estigma con esta fiesta gay del porfiriato. El siguiente 41 llegó con una publicación del New York Times en 1981, en la cual se habló de “un raro cáncer” detectado a 41 homosexuales. Fue el inicio de la lucha contra el VIH.

"El número 41 sigue siendo un estigma, por esa razón quería hacer un retrato respetuoso de estos hombres y tener cuidado con los linchamientos; para ello era necesario no caer en lo obvio. Uno de los medios publicó las supuestas cartas de estos hombres y claramente son mentalidades machistas que le dan voz a estos personajes desde la ridiculización", recordó.

"Incluso hay una novela de 1907 sobre el baile de los 41 escrita por un hombre heterosexual, en donde condena absolutamente todo y termina con su protagonista curado y volviéndose heterosexual, sabemos cómo era esa época y sabemos cómo sigue siendo hoy en día, así que tomé esas bases para irme al otro lado y contar una historia respetuosa", agregó el cineasta.

Por esta razón, El Baile de los 41 representa una oportunidad para reflexionar sobre la diversidad sexual, porque en un país como México, en el que los crímenes de odio por homofobia van en aumento, la idea utópica de "ser quien quieres ser" por el derecho natural que concede la Constitución aún no aplica para todos debido a la discriminación.

  • Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de TELEDIARIO; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
LAS MÁS VISTAS