Cirque Alfonse aterriza por primera vez en América Latina  

El espectáculo se presentará en teatros de Cuernavaca, Ciudad de México y Querétaro.

Cirque Alfonse aterriza por primera vez en América Latina  
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Una de las dos más importantes compañías del nuevo circo de Quebec llega por primera vez a América Latina y abre su gira por tres escenarios mexicanos con su cuarto espectáculo, Tabarnak. Este título es una palabra coloquial quebequense que se utiliza lo mismo para decir que hace frío que calor, si algo fue divertido o aburrido, o si aquello es sagrado o profano.

Dirigido por Alain Francoeur, el espectáculo multidisciplinario de la compañía Cirque Alfonse mezcla actuación, danza, música y acrobacia durante los casi 80 minutos que dura, tiempo en el que los nueve personajes —seis acróbatas y tres músicos— narran una historia que tiene lugar en una iglesia de un pueblo de Quebec.

Con esta propuesta, a decir de Jorge Contreras, productor en México de la agrupación, la compañía continúa con la costumbre de hablar de ciertos valores que se anclan en la tradición quebequense.

Jorge Contreras —quien también ha producido a Cirque du Soleil y a la compañía La Verità, de Daniele Finzi Pasca— explica que “a diferencia de algunas compañías del nouveau cirque que nos acostumbraron a espectáculos con actos sin conexión entre sí, aquí la historia se narra conectando lo que sería el sótano de una iglesia, la nave y luego las cúpulas.

“Todo eso se va conectando, generando atmósferas particulares para reflexionar sobre el hecho de que si todos trabajamos juntos y nos respetamos los unos a los otros sin dar importancia a nuestras diferencias raciales o sociales, esto permite que cada espectador genere una historia particular o personal”.

Los personajes están vestidos de monaguillos porque esto representa al carácter de la tradición cristiana que se encarga de servir y permitir el trabajo en conjunto, y realizan a la vez una búsqueda interior, “donde en ocasiones sientes que te encuentras en el Infierno, pasas un tiempo en la Tierra y buscas llegar al Cielo”, de acuerdo con Antoine Carabinier-Lépine, fundador y director de la agrupación que cuenta con 12 años de trabajo continuo.

Cirque Alfonse es una compañía íntima donde trabaja la madre, el padre, el hijo y la hermana, todos provenientes de St-Alphonse-de-Rodriguez, provincia de Quebec, y egresados del École Nationale de Cirque de Montréal.

Esta agrupación presentará su Tabarnak a las 20 horas del 27 al 30 de septiembre en el Teatro Ocampo de Cuernavaca; 2 y 3 de octubre, a las 20:30 horas, en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris de la Ciudad de México y, a las 20:30 horas de los días 6 y 7 de octubre en el Teatro Diana de Querétaro.

“Aunque el tema es la iglesia, la compañía nunca aborda la religión ni la fe. Para nosotros se trata de una resonancia del corazón, lo que nos une a casi todo el continente americano es que somos muy religiosos, está muy arraigada una cultura de espiritualidad, pero la obra no cuestiona esto; se basa en el respeto y en el amor al otro. Lo que estos artistas retoman es que las iglesias eran el punto de encuentro de todas las sociedades, de todas las clases, de todas las personas, esto se volvía un encuentro social en el que todos podíamos estar juntos en convivencia, en respeto y paz”.

Una de las dos más importantes compañías del nuevo circo de Quebec llega por primera vez a América Latina y abre su gira por tres escenarios mexicanos con su cuarto espectáculo, Tabarnak. Este título es una palabra coloquial quebequense que se utiliza lo mismo para decir que hace frío que calor, si algo fue divertido o aburrido, o si aquello es sagrado o profano.

Dirigido por Alain Francoeur, el espectáculo multidisciplinario de la compañía Cirque Alfonse mezcla actuación, danza, música y acrobacia durante los casi 80 minutos que dura, tiempo en el que los nueve personajes —seis acróbatas y tres músicos— narran una historia que tiene lugar en una iglesia de un pueblo de Quebec.

Con esta propuesta, a decir de Jorge Contreras, productor en México de la agrupación, la compañía continúa con la costumbre de hablar de ciertos valores que se anclan en la tradición quebequense.

Jorge Contreras —quien también ha producido a Cirque du Soleil y a la compañía La Verità, de Daniele Finzi Pasca— explica que “a diferencia de algunas compañías del nouveau cirque que nos acostumbraron a espectáculos con actos sin conexión entre sí, aquí la historia se narra conectando lo que sería el sótano de una iglesia, la nave y luego las cúpulas.

“Todo eso se va conectando, generando atmósferas particulares para reflexionar sobre el hecho de que si todos trabajamos juntos y nos respetamos los unos a los otros sin dar importancia a nuestras diferencias raciales o sociales, esto permite que cada espectador genere una historia particular o personal”.

Los personajes están vestidos de monaguillos porque esto representa al carácter de la tradición cristiana que se encarga de servir y permitir el trabajo en conjunto, y realizan a la vez una búsqueda interior, “donde en ocasiones sientes que te encuentras en el Infierno, pasas un tiempo en la Tierra y buscas llegar al Cielo”, de acuerdo con Antoine Carabinier-Lépine, fundador y director de la agrupación que cuenta con 12 años de trabajo continuo.

Cirque Alfonse es una compañía íntima donde trabaja la madre, el padre, el hijo y la hermana, todos provenientes de St-Alphonse-de-Rodriguez, provincia de Quebec, y egresados del École Nationale de Cirque de Montréal.

Esta agrupación presentará su Tabarnak a las 20 horas del 27 al 30 de septiembre en el Teatro Ocampo de Cuernavaca; 2 y 3 de octubre, a las 20:30 horas, en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris de la Ciudad de México y, a las 20:30 horas de los días 6 y 7 de octubre en el Teatro Diana de Querétaro. 

“Aunque el tema es la iglesia, la compañía nunca aborda la religión ni la fe. Para nosotros se trata de una resonancia del corazón, lo que nos une a casi todo el continente americano es que somos muy religiosos, está muy arraigada una cultura de espiritualidad, pero la obra no cuestiona esto; se basa en el respeto y en el amor al otro. Lo que estos artistas retoman es que las iglesias eran el punto de encuentro de todas las sociedades, de todas las clases, de todas las personas, esto se volvía un encuentro social en el que todos podíamos estar juntos en convivencia, en respeto y paz”.

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