CIUDAD DE MÉXICO.- Eugenia León se escucha contenta, emocionada por su doble nominación, con su disco A los 4 Vientos, al Grammy Latino, que se entregará mañana. En el material pone su estilo a la música ranchera, pero también a la norteña, dos de los géneros que la han acompañado en su carrera.
Debido a la pandemia, la premiación tuvo un cambio de dinámica, por lo que Eugenia sabrá si es ganadora del doble gramófono en su casa, donde gracias al confinamiento reconoce que ha tenido más tiempo para disfrutar de su hijo y ser una gran ama de casa.
- Tras los Famosos
¿Cómo te enteraste de la nominación al Grammy Latino?
"Me había dormido, como siempre, muy tarde; no duermo muy bien y estaba superdesvelada. Entonces, me hablan a las 8 de la mañana, y quería mentar madres. Dije: "¿Cómo me hablan a esta hora?". Me avisó un amigo: "Oye, que estás nominada". Pero el 20 me cayó después de unas horas, y me dio gusto. Cómo no me va a dar gusto que lo consideren a uno dentro de una premiación tan importante. Y lo curioso es que es solo una producción con dos géneros, uno norteño y otro ranchero. Esperemos que nos vaya bien, porque los compañeros que están nominados, tanto en norteño como en ranchero, son gente bien importante en la música.
Has estado en otras fiestas del Grammy...
Sí, es un evento en el que se conocen una cantidad de artistas enorme, de categorías y de discos nuevos. Las veces que he ido ha sido muy interesante lo que pasa ahí. Se unifican todos los estilos, se toman en cuenta a los artistas de disqueras independientes, me parece muy bien, creo que es lo justo.
¿Cómo has llevado la pandemia en lo profesional, ya diste conciertos "streaming"?
Al principio tuve dos streaming, pero me parece que es difícil saber si esto (los shows en línea) va a tener éxito. He sabido de artistas, conocidos y también no conocidos, que dicen que es difícil la respuesta del público, que alguien compre una entrada para streaming. Creo que este año no va a pasar gran cosa, nos vamos a tener que esperar y aguantar como buenos mexicanos. Lo cual también resulta complicado porque no somos empleados, no somos asalariados; vivimos de nuestras presentaciones. Los que son muy vendedores pues tienen otras entradas, que son las regalías de sus discos, pero no todos están muy bien.
¿Extrañas el aplauso?
Absolutamente, no sabes cómo los extraño, cómo extraño ese nervio que te da cuando vas a salir a un escenario. Siempre digo: "Dios mío por qué me mandaste aquí, si tengo miedo, pavor", y luego ya piso el escenario y cuando pasan los primeros minutos digo: "Qué cómoda estoy", pero es porque tengo a la gente frente a mí, el público representa el 50% del espectáculo, porque uno puede pararse, ponerse de cabeza, pero si la gente no reacciona no hay espectáculo, no hay show. En cambio, si la gente está contenta y se da la conexión entre el público y quien está en el escenario surge la magia, porque se da el ritual de comunicarse a través de la música. Un artista no es si no tiene a su público. Una vez Joan Manuel Serrat, dijo: "Cantar en la regadera del baño es muy digno, pero no sirve de mucho”, y lo que entiendo de esa frase es que lo importante del trabajo del artista es llegar a un público, a oídos, a mentes, a corazones abiertos, a escuchar lo que tú tienes que decir.
¿Qué haces ahora que estás más en casa?
Soy toda una ama de casa, lavamos, limpiamos, cocinamos, mi hijo y yo nos quedamos solos, ya no fue posible tener a las personas que nos apoyaban. Con mi hijo tengo una comunicación sabrosísima, platicamos de todo. Está empañado en meterse en el mundo de la música electrónica; ha tenido sus opciones y por el momento está entre la Biología, a la que volvió en clases en línea, y la música, está estudiando armonía, produciendo, y me comenta y comparte sus cosas, todo eso que cuando no tienes tiempo, no disfrutas. Esa es la parte buena del encierro, porque te obliga a mirar alrededor de tu cotidianeidad.