El año pasado, en Cartagena de Indias, Mercedes Barcha,viuda del premio Nobel de Literatura colombiano, Gabriel García Márquez, en un encuentro con el gerente general delBanco de la República, Juan José Chavarría, selló la donación de la colección personal de libros del escritor, entre primeras ediciones y traducciones de toda su obra literaria y periodística, conformada por un total de 2 mil 982 ejemplares de 45 títulos que están en mil 104 ediciones en 43 diferentes idiomas.
La colección personal de Gabo de su propia obra, lo confirma como uno de los autores más traducidos en todo el mundo. En el acervo que está siendo catalogado en la Biblioteca Luis Ángel Arango, de Bogotá, hay ediciones en lenguas comunes como el inglés, francés, italiano, alemán y portugués, que conviven con traducciones a idiomas muy poco usuales, como el lituano, persa (farsí), tártaro, turco, vietnamita, estonio, croata, danés, esloveno y búlgaro.
“Es la más importante donación que la familia de García Márquez ha hecho a Colombia hasta el momento, eso es muy importante, estamos muy complacidos y emocionados de tener muchos más Gabos en nuestra biblioteca”, asegura Alberto Abello, director de la Red de Bibliotecas del Banco de la República, quien da detalles de los contenidos del rico acervo del escritor, que salió de México a finales de enero y llegó a la Biblioteca Luis Ángel Arango el pasado 23 de marzo.
Se trata de ediciones de sus novelas, cuentos, crónicas, guiones, obra periodística, discursos y ensayos, que están siendo clasificados y entrarán a formar parte de la colección de la Sala de Libros Raros y Manuscritos de la Biblioteca Luis Ángel Arango, que alberga los archivos personales y los ejemplares de las bibliotecas de varios intelectuales destacados de Colombia. Están allí primeras ediciones de Cien años de soledad, Cuando era feliz e indocumentado, Del amor y otros demonios, Diatriba de amor contra un hombre sentado, El cataclismo de Damocles, Conferencia Ixtapa. México 1986, El amor en los tiempos del cólera y El general en su laberinto.
“¿Cuántas primeras ediciones? No lo sabemos, es un problema que tiene que ver con el idioma y eso es lento, hemos tenido que pedir apoyo para hacer la traducción al español e identificar varios libros. De algunos tenemos datos a partir de las cartas o tarjetas que algunos libros contienen”, indica Diana Restrepo, directora técnica de la biblioteca Luis Ángel Arango.
La encargada del trabajo de clasificación asegura que están haciendo un catálogo general de la colección, con los datos de año de edición, si es primera edición, lengua a la que se tradujo y país donde se editó, y que lo complementarán con un mapa del mundo, en el que van a situar las diversas ediciones y traducciones que se han hecho de la obra de García Márquez en cada país.
“Esto atestigua la importancia de García Márquez con millones y millones de libros que están en los países más importantes y que han llegado a millones de lectores”, dice Abello, quien agrega que este rico acervo se incorpora a las colecciones especiales que tienen tratamiento especial “porque pensamos que esto perdure a través del tiempo en buen estado”.
Los hallazgos. Luego del proceso de envío de los libros de México a Colombia, el 23 de marzo, a la biblioteca llegaron 43 cajas empacadas por la familia García Márquez. Cada caja numerada y con una lista precisa de su contenido; cada libro llegó empacado por separado y marcado con toda la información disponible. Para Abello, la familia García Márquez hizo con sus colaboradores un trabajo “muy hermoso, meticuloso y juicioso que refleja amor por la obra del escritor. Muy pocas veces llegan las cosas de la forma como llegó esta colección”.
Cuenta cómo junto con Restrepo abrieron la primera caja y descubrieron un trabajo hecho con muchísimo amor. Antes de la llegada de las cajas había habido intercambios por teléfono y correo electrónico; recibieron un listado de lo que la familia iba a donar. Ahora, tras esta primera clasificación, hallaron que hay algunas ediciones especiales firmadas por Gabo y numeradas.
Restrepo cuenta que hasta ahora han hallado tres títulos de Gabo numerados y firmados. “Algo importante es que estamos preservando también las notas de los editores que incluían los ejemplares, esa es información importante”.
Hay por ejemplo una carta muy bonita del traductor al tártaro, en español, donde cuenta que fue tal la emoción que sintió al leer a García Márquez que tuvo que traducirlo. Hay un tarjeta del traductor al japonés.
Las rarezas. Esas tarjetas, cartas, mensajes son bellos hallazgos para Alberto Abello. “Algunas le dicen: ‘Sr. García Márquez, le dejo esta edición en coreano’, por ejemplo, vienen con cartas que quedaron dentro de esos libros; es realmente muy bonito y muy sorprendente”.
Otra de las cosas fascinantes es el diseño tan distinto en esos miles de libros de Gabriel García Márquez, distintos no sólo en la caja tipográfica sino en sus carátulas. “Es un espectáculo ver todas las carátulas de Cien años de soledad o de El otoño del Patriarca, o de El coronel no tiene quién le escriba, también son un gozo las tipografías. Eso es algo realmente formidable para la investigación y que en algún momento les mostraremos a los lectores”, señala Abello.
Asegura que cada portada refleja la cultura de los países, algunas son más barrocas, otras son simples. “Una cosa muy importante es que esas representaciones reflejan las visiones de esos editores en los distintos países sobre la obra de García Márquez. Hay ediciones mexicanas donde hay una comunicación entre lo mexicano y lo colombiano, lo que realmente se imagina el editor; es muy bello cuando empezamos a ver cómo representan esas carátulas y vemos las diferencias con respecto a otras”.
A Diana Restrepo le llama poderosamente la atención el diseño gráfico de los libros en general, los colores que utilizan, tan diversos. “Aun cuando muchas son primeras ediciones, nos permiten ver muchas cosas, por ejemplo, las ediciones más antiguas suelen ser ediciones de bolsillo, más rústicas y sencillas, pero conforme va pasando el tiempo, se vuelven pasta dura y más elegantes”.
Ambos funcionarios dicen que es un agasajo la revisión. Restrepo dice haberse divertido mucho abriendo cajas y tener la fortuna de ir viendo una a una las obras; Abello asegura que él quisiera tener más tiempo para vivir más cerca de esos libros.
También coinciden en que será una colección para especialistas, no sólo porque estarán depositadas en la sala de Colecciones especiales, sino también porque pueden hallar allí ángulos importantes para el estudio.
Aún cuando están en el proceso de clasificación del acervo y en la elaboración del catálogo y del mapa de la obra, tienen muy claro cuántas veces se ha editado cada obra y sin duda la reina de las traducciones es Cien años de Soledad. “Sí, es la obra más traducida de Gabo“, afirma Diana Restrepo, quien asegura que tocaría hacer el análisis, pero en el acervo donado por la familia de Gabriel García Márquez con Mercedes Barcha a la cabeza, hay 151 ediciones de Cien años de Soledad, le sigue El coronel no tiene quien le escriba con 96 ediciones distintas; y en tercer lugar está El amor en los tiempos del cólera, con 71 ediciones.
“Hay también ediciones que parecerían raras, por ejemplo está una edición de En este pueblo no hay ladrones en holandés; está Isabel viendo llover en Macondo traducido en Yugoslavia; Historias de horror para la noche de San Silvestre con traducción al alemán; La luz es como el agua en coreano y La tercera resignación en portugués, lo mismo que Yo no vengo a decir un discurso. Hay tantas vetas por donde revisar, por ejemplo, los países de la antigua Unión Soviética y en Asia han traducido mucho Memorias de mis putas tristes; ¿por qué hay algunos títulos que son más del interés de los editores?, no lo sabemos”.
En la colección personal de la obra de Gabo que fue donada al Banco de la República, todos son libros, no hay revistas y menos papales personales, porque esos fueron vendidos por la familia al Centro Harry Ransom de la Universidad de Texas (Estados Unidos). Sin embargo, es una acervo muy interesante que se sumará a la colección de la obra de García Márquez que ha ido adquiriendo el Banco de la República para la biblioteca Luis Ángel Arango. “Tenemos en nuestra colección revistas como Alternativa, revista que Gabo emprendió, o materiales de prensa, revistas donde publicó, algunas primeras ediciones, algunas fotografías familiares e incluso algunos archivos de las primeras obras mecanografiadas originales de García Márquez, fechadas en el 49 y 51”, afirma Alberto Abello.
Y agrega: “Ahora podemos unir en un solo sitio esa edición mundial de la obra de Gabo, que se suma a la colección bibliográfica, nosotros habíamos comenzado a adquirir obra en otras lenguas, pero digamos que esto que ha llegado aquí es absolutamente deslumbrante”.