Dos años después de la muerte de Paul Walker en noviembre de 2013, su hija, Meadow, interpuso una demanda contra Porsche.
Lo anterior, debido a que el auto en el viajaba su padre, pertenenciente a dicha compañía automotriz, presentó una falla que ocasionó la muerte del actor.
La hija de Walker alegó que su padre habría sobrevivido al choque inicial, pero que habría fallecido por culpa de las llamas que devoraron el interior del coche al ser incapaz de desabrochar el cinturón de seguridad para salir del automóvil.
De acuerdo a una serie de documentos obtenidos ahora por el portal The Blast, Meadow Walker llegó a un acuerdo con Porsche el pasado 16 de octubre, para solicitar que la demanda por muerte por negligencia fuera desestimada, a cambio de una suma desconocida.