Cameron comentó a The Hollywood Reporter que al inicio se pensaba que el costo total de la producción de la cinta de romance sería de 100 millones de dólares, sin embargo una vez que comenzaron las grabaciones se disparó “sin control”.
Al mismo tiempo el cineasta enfrentó las dificultades de los tiempos de entrega ya que la productora Paramount, que financiaba la película, temía que si se extendía el proceso de realización del filme perdería una gran suma de dinero.
“En la primavera del 97 estábamos tratando desesperadamente de completar los efectos visuales a tiempo para el estreno en verano, entonces se volvió evidente para mí que íbamos a perder la fecha de estreno de Julio y tener que hacer varios cortes para poder cumplir con la fecha de entrega en verano”, detalló.
James Cameron recordó que durante la etapa de postproducción el filme se hizo más corto debido a que tenían que cumplir con las expectativas de una gran calidad a nivel visual en poco tiempo.
Empero, una vez que la película estuvo terminada, que llegó al número uno en su fin de semana de estreno y se mantuvo ahí durante 16 semanas, Cameron “nunca se sintió más realizado”.