El pasado 28 de junio Kim atrapó a su esposo, Kanye West, "comiendose" con la mirada a la cantante Rihana y suponemos que esa es la gota que derramó el vaso.
Otras fuentes cercanas aseguran la razón que colmó su paciencia fue en un reciente viaje a París. Kanye West tuvo una “escena” en frente de Virgil Abloh, diseñador de Louis Vuitton y Kim no pudo más.
“Ella valora mucho más su libertad en este momento que estar atrapada en un matrimonio horrible y está harta de todo esto”. Esas son palabras de gente cercana a ella.
Ella había estado teniendo días difíciles, su ansiedad estaba al límite y ya estaba harta de defender el comportamiento tan raro de Kanye ante el resto de su familia y amigos. Ahora quiere el divorcio y no se detendrá hasta obtenerlo, según parece.