La Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoció que el comportamiento sexual compulsivo es un trastorno mental, pero indicó que no está claro si se trata de una adicción o si corresponde a lo que ocurre con el juego o el consumo de drogas.
El término adicción sexual se ha usado durante décadas, pero los expertos no están de acuerdo si existe.
En la última actualización de la Clasificación Internacional de enfermedades (CIE) en el mundo, la OMS da un paso hacia la legitimación del concepto, al reconocer el "desorden del comportamiento sexual compulsivo", o CSBD, como trastorno mental.
Pero el organismo de Naciones Unidas no está de acuerdo en relacionarlo con comportamientos adictivos como la adicción a las drogas o al juego, y subraya que se requieren aun investigaciones antes de considerar al trastorno como adicción.
El experto Geoffrey Reed, de la OMS, señala:
"Hablando de manera moderada, no consideramos que el asunto sea equivalente a lo que ocurre con el alcohol o la heroína".
En la actualización de la CIE, publicada el mes pasado, la OMS indicó que el CSBD se "caracteriza por una falla intensa en el control, debido a los impulsos repetitivos sexuales o la urgente necesidad ... que provoca estrés".
Pero indica que el debate científico sigue vigente.
No hay excusa para la violación
Reed dijo que no cree que haya razones para temer que la inclusión del CSBD en la lista de trastornos sea usada por personas como Harvey Weinstein para exonerarse de comportamientos delictivos.
"Esto no excusa el abuso sexual o la violación, de la misma manera que ser alcohólico no excusa de conducir un auto en estado de ebriedad", añadió.
Indicó que es importante que el CIE, usado mundialmente como punto de referencia para diagnosticar enfermedades por parte de los aseguradores, incluya una corta definición del trastorno del comportamiento compulsivo sexual para que quienes estén afectados por él puedan tener ayuda.
"Hay gente que no controla su comportamiento sexual y sufre por ello" y su comportamiento les causa "muchos problemas", añadió.
"Es un tipo de población que tiene un problema legítimo de salud y puede acceder a un legítimo tratamiento".
No está claro aun cuantas personas sufren de este trastorno, pero Reed indicó que la inclusión en el CIE llevará a nuevas investigaciones sobre el problema y su prevalencia, así como a determinar los mejores tratamientos.
Pero aunque no se le otorgara la caracterización de trastorno, Reed dijo que esto dará seguridad, ya que algunas personas se darán cuenta de que tienen "un verdadero problema" y pueden buscar tratamiento.
El documento, que debe ser aprobado por los países miembros en la Asamblea General en Ginebra, tendrá efecto a partir del 1 de enero de 2022 si es adoptado.