La familia de Britney Spears está preocupada por la salud mental de la cantante de 36 años, quien está sometida a un fuerte estrés por la disputa judicial que inició Kevin Federline para incrementar la pensión que recibe por cuidar a sus hijos con Brit, Sean Preston y Jayden James.
Desde que terminó su residencia en Las Vegas, Britney solo piensa en casarse con su pareja, Sam Asghari, e iniciar una familia con el joven de 23 años, pero al parecer él no tiene prisa, lo que la tiene afligida. Una fuente reveló a RadarOnline: "Britney se está volviendo loca por el pleito judicial con su exmarido".