Los príncipes William y Harry asistieron este martes al estreno europeo de Star Wars: Los últimos Jedi, una gala con los protagonistas de la película, que desfilaron ante una muchedumbre entusiasta, disfrazada en honor a los personajes de la saga de ciencia ficción.
Los príncipes caminaron por la alfombra roja vestidos con esmoquin hasta la sala Royal Albert Hall, decorada para la ocasión con una iluminación en tonos rojos y un retrato del personaje Luke Skywalker.
El esperado regreso de Luke Skywalker, interpretado por Mark Hamill, quedó ensombrecido por la muerte de Carrie Fisher, la inolvidable Princesa Leia que falleció de un ataque al corazón en diciembre del año pasado a los 60 años, después de haber terminado el rodaje de esta entrega.
"Es una pérdida irreparable, que le da a la película un aire de melancolía que no merece. Yo hubiera preferido que el drama se quedara en la pantalla", contó a la AFP Hamill durante el estreno en Londres.
"Odio la vida real, por eso me gustan las galaxias lejanas y así me olvido de cosas como quien está en la Casa Blanca", dijo actor que encarna a Luke Skywalker.
Al estreno de esta nueva entrega dirigida por el estadunidense Rian Johnson también asistieron Daisy Ridley (Rey), Adam Driver (Kylo Ren) y también John Boyega (Finn), que fueron aclamados por una multitud que hizo honor a todos los personajes de la saga desde Chewbacca hasta los Stormtroopers.
Los dos príncipes habrían salido en algunas tomas de la película disfrazados de stormtroopers, según algunas informaciones que comenzaron a circular después de que visitaran el rodaje en abril de 2016.
La película fue filmada en Pinewood Studios cerca de Londres, con exteriores en la costa oeste de Irlanda. Star Wars: Los últimos Jedi es la octava película de la serie y tiene una duración 153 minutos.