Los scooters eléctricos compartidos son promovidos como una forma ecológica de moverse por las ciudades; sin embargo, un nuevo estudio de la Universidad Estatal de Carolina del Norte afirma que también producen su huella de carbono.
Este tipo de vehículos son más ecológicos que la mayoría de los automóviles, pero pueden serlo menos que otras opciones, aunque “las compañías de scooters electrónicos se jactan de ninguna huella de carbono, lo cual es una declaración audaz”, aseguran investigadores que estudiaron su impacto ambiental.
Jeremiah Johnson, autor del estudio y profesor asociado de ingeniería civil, de construcción y ambiental de la universidad estadounidense, y sus colegas, analizaron de forma amplia los impactos ambientales de los scooters electrónicos y cómo se comparan con otras opciones de transporte local, así como los ciclos de vida de automóviles, autobuses, ciclomotores eléctricos y bicicletas.
Para capturar el impacto de estos vehículos, observaron las emisiones asociadas con cuatro aspectos del ciclo de vida de cada scooter: la producción de materiales y componentes, el proceso de manufactura, el envío del fabricante a la ciudad de uso, y el circuito de recoger, cargar y redistribuirlos.
Además, realizaron una encuesta a pequeña escala de los usuarios para ver qué medios de transporte habrían utilizado si no hubiera scooters disponibles.
Los investigadores encontraron que 49 por ciento de los usuarios prefería caminar o andar en bicicleta, 34 por ciento viajar en automóvil, 11 por ciento en autobús y 7 por ciento simplemente no habría hecho el viaje.
Además, estudiaron cuatro tipos de contaminación e impacto ambiental: impacto del cambio climático, carga de nutrientes en el agua, impactos en la salud respiratoria relacionados con la contaminación del aire, y acidificación. Los resultados fueron similares para todos esos aspectos.
“Lo que encontramos es bastante complicado, pero algunas cosas estaban claras. Andar en bicicleta, incluso eléctrica, es casi siempre más respetuoso con el medio ambiente que usar un scooter compartido”, afirmó Johnson en un artículo publicado en la revista británica Environmental Research Letters.
La única excepción posible son los programas de bicicletas compartidas de pago, ya que estas compañías usan vehículos y camiones para redistribuirlas en su área de servicio, lo que a veces puede hacerlas menos amigables con el medio ambiente que los scooters, puntualizó.
Uno de los resultados sorprendentes del estudio es que tomar el autobús en una ruta con gran cantidad de pasajeros suele ser más ecológico que un scooter.
“Descubrimos que el impacto ambiental de la electricidad utilizada para cargar los scooters es bastante pequeño, un 5 por ciento de su impacto general. El impacto real proviene principalmente del uso de otros vehículos para recolectarlos y redistribuirlos, y de las emisiones relacionadas con la producción de materiales y componentes”, refirió.