Stanford, investigador ejemplar

Decía Thomas Stanford, sin dudar, que la grabación que más le gustaba era la que estaba trabajando en el momento.

Stanford, investigador ejemplar
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Hace algunos años, con motivo de la edición de la Colección Thomas Stanford (Conaculta/Fonoteca Nacional/Urtext, 2012), caja con 13 discos de grabaciones realizadas desde 1956 en diversas poblaciones de México, tuve la oportunidad de charlar con el investigador Thomas Stanford, fallecido el lunes a los 89 años. De inmediato se topaba uno con un hombre en cuya personalidad la sapiencia convivía con la bonhomía y la generosidad.

Stanford comentó en aquella ocasión que no le costó trabajo entenderse con los músicos, “tal vez porque yo también era músico. Si uno llegaba a estudiar la música, la gente se mostraba halagada por el interés de uno, mientras que mis colegas que iban a estudiar, por ejemplo, el parentesco, ¿cómo les explicaban a los campesinos que querían saber cosas sobre su familia? Eso despertaba sospechas, les hacía pensar que eran enviados por otras familias que querían hacer algún mal. Yo me presentaba como alguien a quien le interesaba la música del pueblo y era bien recibido”. 

Cobrando solo los pasajes y algunos viáticos, que invariablemente compartía con los músicos, registró diversos géneros, nunca en estudio, donde los músicos se hubieran sentido incómodos. Dado que en algunos poblados no había luz, cargaba con una planta que pesaba más de 40 kilos y un cable de 50 metros para que el ruido de la planta no llegara a la grabadora. 

Siempre es buen tiempo de recordar las palabras de Thomas, investigador ejemplar, en torno al valor que tiene la música popular de las diversas etnias, sobre todo cuando decía que “la música marca identidades, es parte de la identidad del ser humano. Si tenemos orgullo por la historia de México, habríamos de tener curiosidad por la música de distintas épocas. Cada época se marca con su música: la música de Bach es diferente a la música de Mozart, que es diferente a la de Beethoven, que es diferente a la de Liszt... La música va cambiando en cada época. Si uno quiere preservar la historia de su patria, debe interesarse por su música”. 

Pero, uno se pregunta: ¿hemos sabido escuchar a Stanford?

Y ADEMÁS...

GRAN LEGADO

Decía Thomas Stanford, sin dudar, que la grabación que más le gustaba era la que estaba trabajando en el momento. “He conocido cosas tan hermosas que no podría decir qué es lo que más me ha gustado. Todo ha sido una experiencia maravillosa”.

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