Javier Bardem está entusiasmado con Loving Pablo, el filme que ha realizado sobre el narco colombiano Pablo Escobar a las órdenes de Fernando León de Aranoa y junto a Penélope Cruz, pero no pierde la perspectiva de lo que era y asegura que "ahora me parece todavía más peligroso".
A solo tres días de su presentación, fuera de concurso, en el Festival de Venecia, Bardem no oculta su emoción y nervios por este estreno, que ha levantado mucha expectación en la Mostra y asegura que le hace "mucha ilusión" mostrar un filme en el que cree ciegamente.
"Llevo mucho tiempo con esto, se han hecho muchas series y algunas películas, pero faltaba un ángulo un poco más preciso" sobre "la cabeza que cambió el juego del narcotráfico, que él inventó, un hombre muy brillante con un gran lado oscuro", explica por teléfono en la única entrevista concedida antes de viajar a Venecia.
Hace años le ofrecieron hacer de Escobar y aunque rechazó el papel, le hizo interesarse por la figura del narco. "Pero buscaba una película más poderosa, con más cuerpo y más profundidad sobre quién era ese tipo".
Además necesitaba un director que compartiera su enfoque y lo encontró en León de Aranoa, un "compañero y amigo" con el que vuelve a trabajar 15 años después de "Los lunes al sol". Luego encontraron el libro de la periodista colombiana Virginia Vallejo, que mantuvo una relación con el narcotraficante y que da "un ángulo distinto de Escobar".
Bardem, productor de la película, se pasó mucho tiempo buscando financiación y su presencia en el proyecto junto a la de Cruz, interpretando a Vallejo, ayudó, "en su justa medida" a lograrla, pero tras años de luchas no consiguió rodarla en español como deseaba.
"A partir de un presupuesto bajo, de 4 o 5 millones de dólares, es casi imposible que los productores te financien una película en español, algo que a día de hoy me alucina porque creo que el público quiere ver cosas en su idioma original, algo a lo que ha ayudado mucho la televisión", reflexiona Bardem, quien se muestra orgulloso del resultado.
"Hemos trabajado muchísimo para que la esencia de la cultura colombiana, el acento, la energía, no se perdiese. Es una de las cosas en las que más nos hemos concentrado y creo que lo hemos conseguido".
Del rodaje en Colombia resalta la suerte de trabajar con León de Aranoa, "un ser humano extraordinario" y un director que "mantiene el nervio y el temple frente a las adversidades y los problemas", que no fueron pocos en un proyecto que "no fue un camino de rosas".
También todo el reparto, del que destaca a Julieth Restreo, "una actriz colombiana extraordinaria" y a Penélope Cruz, que cree era la mejor elección para el papel de Vallejo.
"Desde que empecé a leer sobre Escobar, a ver vídeos de Vallejo, siempre la imaginaba a ella, porque podía hacer ese recorrido que hace el personaje que empieza en su sitio y acaba en otro totalmente distinto, un recorrido muy complejo".
Es su primer rodaje juntos desde que son pareja y Bardem reconoce que al principio surgieron dudas sobre cómo iba a ser, especialmente al tratarse de dos personajes tan intensos.
"Pero dejamos que saliera la creatividad y que esos personajes caminaran solos y fue muy agradable. Casi el ser pareja nos ayudaba a llevarlos a nosotros, aunque son dos personajes muy distintos a nosotros", señaló.
Y sobre interpretar a alguien tan complejo como Pablo Escobar, para el actor lo complicado fue que, frente a lo "limpios" que eran otros personajes reales que ha interpretado como Ramón Sampedro y Reinaldo Arenas, en este caso era todo lo contrario, alguien dominante y muy oscuro.
"Llevaba mucho preparado, había algo en mi ADN que iba solo, después se trató de cortar y limar la piedra. Tenía algo dentro que quería expresarlo para poder criticarlo, porque en algunos casos se ha idealizado la figura del narco", explicó.
"Es verdad que una de las salidas más fáciles para la gente joven y sin estudios es tirar por la calle del medio y entrar en ese mundo, pero hay que pensar lo que dejas detrás, el dolor que vas a causar" y saber "que si entras ahí, va a ser tu final. También quería hablar de esto".
Una mirada realista porque "llevarte el personaje a casa, vivirlo 24 horas, no hace la interpretación mejor, desde mi experiencia. Hubo un tiempo que sí me sirvió, pero ya no", asegura.
Y eso le lleva a reconocer que lo más divertido de su trabajo es meterse en personajes complejos y tortuosos sin dejar por ello de ser el chico del patio del colegio.