En uno de los momentos surrealistas que irrumpen en la muy realista Una mujer fantástica de Sebastián Lelio, la protagonista transgénero de la película, Marina (Daniela Vega), camina por la calle cuando un viento extremo hace que le sea casi imposible avanzar. Anda inclinada, como si subiera una montaña, mientras los vientos huracanados intentan derribarla.
Ver Una mujer fantástica, la apuesta de Chile al Oscar a la mejor cinta en lengua extranjera, es caminar en los zapatos de una mujer trans, sentir las humillaciones que enfrenta a diario Marina y asombrarse con su resolución de derribarlas.
Desde su debut en el Festival de Cine de Berlín, Una mujer fantástica ha sido celebrada como una de las mejores películas del año y la actuación de Vega como un acontecimiento crucial.
A diferencia de las numerosas grandes producciones (The Danish Girl, Dallas Buyers Club, Transparent) que han sido elogiadas por sus representaciones de la vida trans, la propia Vega, de 28 años, es transexual. La fuerza y autenticidad de su actuación derriba cualquier teoría de los cineastas que han dicho que es impráctico usar actores trans para papeles trans.
"Si ampliamos nuestra mirada, será más interesante, más hermoso", dijo Vega en una entrevista reciente en el Festival Internacional de Cine de Toronto. "Si podemos crear colores, personas e historias más diversas, será más interesante. Los uniformes son para los militares y la policía, no para nuestros pensamientos".
Sony Pictures Classics lanzó Una mujer fantástica el viernes por una semana para que pudiera calificar para la temporada de premios. Un estreno más amplio llegará en febrero, pero para entonces quizás Vega ya haya hecho historia. Algunos han especulado que podría ser la primera actriz trans en recibir una nominación al Oscar.
"Cuando la conocí la amé, quedé fascinado con ella. Me di cuenta de que si iba a hacer la película, nunca la iba a hacer sin una actriz transgénero", dijo Lelio, quien actualmente está filmando una nueva versión en inglés de su película Gloria, con Julianne Moore. "Para mí fue una invitación a habitar nuevos territorios cinemáticos".
En Una mujer fantástica, el amante maduro de Marina, una joven cantante de cabaret, sufre un ataque cardiaco y muere. Consumida por el dolor, Marina sufre de la interminable degradación y acoso por parte de médicos, policías y familiares del difunto Orlando (Francisco Reyes), que lo resienten por haberla elegido a ella como pareja.
Lelio conoció a Vega mientras hacía su trabajo de investigación para el guion. Inicialmente fue una asesora valiosa en el filme, luego su musa. Cuando Lelio y Gonzalo Maza terminaron el primer borrador, Lelio se lo envió a Vega y le preguntó si interpretaría a Marina.
"Es lo más difícil que he hecho en mi vida", dijo Vega. "Tuve que dejar a Daniela y meterme en Marina para crear a este personaje contemplativo y resistente tan distinto a mí. Yo soy mucho más explosiva".
La historia de Marina no es la de Vega, pero el personaje comenzó a absorber la identidad y las experiencias de la actriz. Vega había cantado y actuado en obras de teatro y algunas películas pequeñas antes de conocer a Lelio. Pero para ella, sus ambiciones artísticas solo emergieron tras haber hecho su transición a los 17 años.
"Quería ser una mujer primero. Y entonces ser cantante. Y entonces actriz", dijo Vega. "Para mí no es tan importante lo que haces como lo que eres".
Actuar se convirtió en una especie de terapia para ella. Durante un periodo oscuro, un amigo le sugirió que fuera a una clase de actuación.
"Después que hice la transición, me volví muy depresiva. Puse toda mi energía en el proceso de pasar de ser un chico a una mujer y después de eso me sentí muy vacía", contó Vega. "Pasó un año o año y medio hasta que salí de mi apartamento. Con la oscuridad, hice arte".
Lelio admite que un papel protagónico tan exigente para una actriz de poca experiencia era un reto mayor para Vega "y una apuesta enorme para mí". Pero desde su primera reunión encontró en Vega, intensa, equilibrada, a una persona de personalidad fuerte.
"En cierto modo ella impulsaba las cosas hacia adelante y yo trataba de ponerme al día con su complejidad", dijo Lelio. "En el proceso de escritura me tropecé con la idea de hacer una película del género trans sobre una mujer transgénero. Fue como una puerta que se abría y ofrecía mucha libertad en términos de oportunidades narrativas y de estilo".
"Siempre ha oscilado entre distintos géneros", agregó sobre la cinta. "Es una película romántica que se convierte en un thriller que se convierte en el retrato de una mujer. Es una película social pero entonces es un musical y luego una historia de fantasmas".
La respuesta entusiasta al filme y a Vega los ha tomado a ambos por sorpresa, pero quizás no debería. Juntos crearon un clásico y a una heroína indeleble de la gran pantalla.
"La admiro. Creo que es muy distinta a mí. Creo que internamente es mucho más elegante que yo", dijo Vega. "La construí con la dignidad que veo en las mujeres de mi familia, amigas que conozco, gente que me ha acompañado en mi vida. Traté de acercar a Marina más a la realidad de lo que es ser una mujer, no necesariamente una mujer trans. Marina es cualquier mujer".