El futbol es caprochiso, existen maldiciones que parecen eternas, pero la de Atlas no lo fue, tuvo que ser en penales, así como se le negó hace 22 años, pero se acabó una de las sequías más importantes en el mundo del deporte, los Zorros son campeones del futbol mexicano al finalizar 3-3 en el global, pero vencer 4-3 en penales a León.
Y es que había deuda con 70 años de intereses, por los que estaban y los que ya no. Por la gente que esperó casi una eternidad, pero eso acabó. Tuvo que ser Camilo Vargas el héroe, porque las historias y más la de este club, se ha construido gracias a los mitos más inesperados.
Tensión por todos lados, desde la grada hasta la cancha. El Jalisco necesitaba un pretexto para explotar y lo encontró en el 5’ cuando Julián Quiñones tuvo la primera, centro de Luis Reyes, el colombiano no logró conectar de buena manera y el balón se perdió por la línea de fondo. Atlas avisaba.
Eso poco intimidó a León, que comenzó impreciso, pero con el pasar de los minutos se fue acomodando en la cancha tirando la experiencia en estas instancias por delante, tocando el balón y buscando el espacio a las espaldas de los centrales. Víctor Dávila en el 15’, pero su disparo se fue por un costado de la portería.
Camilo Vargas dejó atrás el error en León, ovacionado en el 12’, como el número de su camiseta, con un despeje largo dejó solo frente a Rodolfo Cota en el 27’ a Quiñones, que definió por arriba del portero, pero vio cómo el poste le negó el gol. El Zorro acechaba a su presa.
Y es que con la línea de cuatro y una contención clavado, León tuvo bien cubierto a Julio Furch, por lo que Quiñones se convirtió en la clave en ofensiva. Al 38’ de nuevo se plantó ante Cota, pero en esta ocasión el guardameta ganó el duelo. Al descanso se fueron con el cero por cero.
La segunda mitad inició a tambor batiente con Quiñones cayendo dentro del área, pero Marco Antonio Ortiz no consideró que la situación fuera suficiente para marcarla como una pena máxima.
Atlas estaba encima, Aldo Rocha avisó en el 53’ de tres dedos, pero Cota hizo grande su figura para contener el cero. El aroma de gol ya era latente en el Monumental de la Calzada Independencia.
Y se presentó en el 54’, Jeremy Márquez apareció en el rebote del tiro de esquina, rebanó su tiro de pierna izquierda, pero Aldo Rocha estaba en el corazón del área para levantarse, con la corta estatura, pero impulsado por 50 mil almas para desviar el balón y hacer retumbar como pocas veces en la historia el inmueble. Gol del Atlas, que a pesar de la revisión en el VAR, subió al marcador y emparejó la serie.
Sin dramatismo no es Atlas y a eso se le tuvo que agregar la lesión de Julián Quiñones, que siendo el mejor hasta ese momento, salió al 70’ de cambio para dejar su lugar a Brayan Trejo.
Ariel Holand ya había movido sus piezas para ese entonces, pisaba cancha rojinegra y movía el balón de un lado al otro, pero los espacios eran pocos y la ansiedad mucha, por lo que la zaga atlista reventó todo lo que se encontró.
En el 72’ de nuevo Cota atajando un disparo a Diego Barbosa, pero la clave estuvo en el 80’ con la jugada individual de Brayan Trejo, su remate al poste y la aparición de Edgar Zaldivar en la línea de gol solo para empujar, pero la puso en las manos del arquero, el título nunca estuvo tan cerca en los 90 minutos hasta ese momento, pero el grito de gol de quedó ahogado.
Y así fue como llegaron los tiempos extra, con la discusión sobre si hubo penal o no sobre Ángel Mena cerca del final del tiempo regular y con la visita con un jugador menos por la expulsión a Emmanuel Gigliotti por doble amarilla cuando el juego agonizaba.
En los pies de Elias Hernández a los Esmeraldas se les presentó una oportunidad inigualable, pero Camilo Vargas en el tú por tú achicó la salida y mantuvo viva la esperanza del título, demostrando por qué es de los consentidos de la afición pase lo que pase.
Los penales fueron necesarios, ahí Camilo Vargas tenía toda la responsabilidad. El hombre que brilló con luz propia en los momentos más oscuros durante los últimos dos años, que falló en las Semifinales y la Final de ida, pero que no podía volver a hacerlo ante La Fiel.
Camilo hizo una atajada clave a Luis Montes, que no es cualquier cosa, atajando su segundo disparo de la tanda y Julio Furch se bañó de gloria en el último tiro venciendo a Rodolfo Cota, como lo hiciera en 1951 Edwin Cubero,
Este Atlas está forjado a prueba de balas, venció rachas como la de 17 años sin Semifinales, 22 años sin una Final y la más importante, 70 años sin un título, así, como se logró en el 51 y como se les negó en 1999 de la mano de Ricardo Lavolpe. Atlas es campeón del fútbol mexicano.