Para algunos era un acto de fe, sin precisión entregarse a ciegas a un amor que no tenía fecha para ser correspondido, pero la promesa siempre estuvo presente.
El 13 de diciembre del 2021 quedará en la historia de los aficionados de Atlas como el día que pudieron gritar todo aquello que por años convivieron, algunos más tiempo que otros. Al final, la espera tuvo recompensa, se llevaron a cabo los festejo del nuevo campeón del futbol mexicano.
Todo comenzó con una emotiva misa en la Catedral de Guadalajara. Directiva, cuerpo técnico y jugadores, ninguno faltó. La primera de tres citas importantes era para dar gracias.
El capitán Aldo Rocha, acompañado de Brayan Garnica y José Hernández, llevaron el trofeo hasta el altar, la misa fue privada, pero en las afueras un cerco de seguridad contenía cientos de aficionados que no dejaron de cantar durante la ceremonia.
Cerraron con un "Arriba el Atlas, campeones" y un mensaje de Alejandro Irarragorri que nunca se despegó de la plantilla al igual que José Riestra Presidente del club y toda la plana alta de Orlegi Sports.
Llegó el desfile, momento de brillar. Fue día laboral, pero Av Juárez lució como si fuera domingo por la tarde, tapizado de colores rojo y negro reconociendo a los encargados de acabar con una de las sequías más importantes en la historia del deporte.
Llegando a la Glorieta Niños Héroes se destapó la locura, más de 10 mil personas esperaban al equipo en un escenario montado especialmente desde el cual presumieron del trofeo y cantaron.
La Avenida Chapultepec podía ser fácilmente comparada con un juego en el Estadio Jalisco, no importaba edad, mientras portara una camiseta de Atlas se abrazaban y felicitaban unos a otros al ritmo de "Canta conmigo, que de la mano de Diego Cocca, todos la vuelta vamos a dar".
Los jugadores se dieron tiempo de mandar un mensaje a Chivas. El título también lleva dedicatoria para el rival odiado que hoy ve como los Zorros celebran, mientras ellos hacen pretemporada.
El 12 de diciembre terminó la sequía, pero un día después, fue la congregación de mil que por años tuvieron fe ciega esperando por gritar "Atlas campeón" y sí, un día el rojinegro se bañó de gloria por todos aquellos que estuvieron y por los que siguen presentes.
MN