El trasplante del ahuehuete que se colocó en una glorieta de Paseo de la Reforma, que se trajo desde un vivero en Monterrey y que remplazo a la palma canaria, no se realizó de forma óptima, por lo que se sabrá hasta mediados de julio, en la temporada de lluvias, si funcionó y el árbol sobrevivirá, afirmó Saúl Alcántara, presidente de ICOMOS México y profesor de la UAM.
El especialista explicó que para que la plantación de un árbol sea exitosa se deben cuidar algunos aspectos como si el ejemplar tiene alguna plaga, si las raíces no estén ahorcadas con alguna otra raíz y podarlo para que pierda la menor cantidad de agua, ya que ocasionaría que el árbol tenga estrés hídrico.
“En este caso (el ahuehuete de Reforma) no se podó el árbol, es un ejemplar maravilloso el que está en Reforma, es un espécimen, porque tiene casi 30 centímetros de tronco y casi 12 metros de altura, pero desafortunadamente el trasplante no fue lo óptimo, esperemos y es un anhelo, que con estas lluvias el árbol empiece a reventar sus gemas. Yo pienso que a mediados de julio y que pueda ser un árbol esplendoroso, yo creo que fue una decisión muy acertada”, apuntó el especialista.
Añadió que un árbol recién trasplantado se debe cuidar que no se incline utilizando la técnica de riego por inundación, así como ponerle hormonas para que la raíz comience a afianzarse y crecer, sumado a que se debe remover la tierra para que entre el oxígeno a las raíces y por consiguiente el agua y los nutrientes.
“Sería sensacional, quiero que sobreviva el árbol, yo pienso que va a sobrevivir porque es un ejemplar bellísimo”, apuntó.
Añadió que la Fundación Mexicana del Árbol y la Fundación Chapingo habían propuesto donar a la Ciudad de México un ahuehuete también, pero de ocho metros de altura y un tronco más pequeño, ya que es más exitoso cuando los árboles son un poco más pequeños y sufren menos estrés hídrico. “Siempre es un riesgo plantar árboles de grandes dimensiones”.
CdMx carece de planificación vegetal
Alcántara Onofre indicó que la capital del país tiene un patrimonio arbóreo fantástico; sin embargo, el problema es que en la gran mayoría sus raíces están constreñidos en espacios pequeñísimos, ya que el concreto les llega al tronco y no tienen posibilidades de riego, es decir, todo árbol que está en la Ciudad de México está de manera artificial.
“No hay una planificación vegetal en la Ciudad de México, por ejemplo, cuál es la vocación de Reforma, Revolución, incluso la periferia, que es la más dañada y que donde hay una injusticia ambiental, entonces se requiere planificar la arquitectura de los árboles en la Ciudad de México”, consideró.
Añadió que hay muchas plagas en los árboles de la capital, por lo que se debe hacer un levantamiento de la arquitectura vegetal de la Ciudad de México y revisar su estado fitosanitario, para saber qué arboles son del territorio y los otros que no lo son, como el eucalipto.
“Para aquellos árboles que se van perdiendo, ir plantando este tipo de árboles, pero no con plántulas chiquitas, sino ya juveniles que tengan más posibilidades de sobrevivencia en esta ciudad y sobre todo una planificación”, indicó.
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