El oficio o la profesión siempre llama y eso pasó con Andrés, quien dejó de lado su gusto por arreglar zapatos pero al final decidió dedicarse a ello, sobre todo porque el trabajo en fábrica le resultó de poca satisfacción.
"Conocía a un muchacho, era mi amigo y me ponía a ayudarle, ya cuando traen el zapato ya lo traen muy malo, ya con las suelas nuevas. Ahorita me ayuda Alfredo, es trabajador aquí, y vienen algunas de mis hijas, me ayudan porque no tienen mucho que hacer en la escuela, vienen y me ayudan a ratos. Este oficio se está perdiendo a través del tiempo”, detalló Andrés de la Peña, reparador de calzado.
- Policía
"Hay menos locales que antes, la mayoría nos dedicamos a reparar, antes había muchos que hacían botas, pero ahorita ya no", dijo.
¿Cuánto tiempo llevan reparando zapatos?
Andrés y su compañero Alfredo son de los pocos que mantienen el oficio vigente tras cada martilleo y puntada entre el olor fuerte de tinta y el cuero de vaqueta.
"Yo empecé desde los 18 años trabajando de zapatero; siempre me ha gustado, he trabajado de esto y también de albañilería. Los dos oficios me gustan, porque siempre tengo trabajo. Mi hermano fue el que me enseñó y él se dedica a esto, pero está en otra ciudad”, dijo Alfredo, reparador de calzado.
"Sé poner tapas de tacones, tacones cuadrados de vaqueta, suelas, forros de tacones y cierre para chamarras, mochilas y otras cosas que traen clientes. Algunos nos traen unas chanclitas viejas que quieren que se les haga nuevas. A veces sí las hago, me las ingenio porque para hacer chanclas o zapatos se necesitan normas para estirar la piel y darles la forma a las chanclas”, explicó.
Aunque hay muchas zapaterías, el oficio se mantiene porque hay gente que le gusta conservar sus zapatos de marca y calidad en buen estado, conservarlos a pesar del tiempo y las modas.
¿Cuál es la mejor temporada de reparación de calzado?
La clientela varía, hay temporadas buenas y otras un poco bajas, pero a todos se atiende.
"Hay temporadas, pero por lo regular siempre tenemos trabajo todo el año, hay veces que excede el trabajo y otras baja un poquito. Si hay gente que le gusta conservar zapatos, son zapatos caros y le invierten algo y les vuelven a quedar listos para varios años", dijo Andrés.
Andrés de la Peña González aprendió el oficio de zapatero en su adolescencia y apenas fue hace cuatro años decidió dedicarse de lleno al arte de reparar zapatos y dejarlos como nuevos, no importa el daño, hasta el momento no se ha topado con ningún daño en zapatos que no pueda arreglar.
KM