Ser mamá no tiene límites y eso lo comprueba todos los días Angie Zumaya, quien desde hace 20 años utiliza silla de ruedas a consecuencia de un accidente vehicular.
"Yo sufrí la peor parte, quedé con lesión medular y desde entonces perdí la movilidad en las extremidades inferiores y desde entonces utilizo silla d de ruedas.
"Desde hace 20 años utilizo silla de ruedas para poder desplazarme, pero eso no me limita para poder realizarme como cualquier otra mujer en todos los ámbitos".
Pero tiempo después, su vida dio un nuevo giro al convertirse por primera vez en mamá: Jan Carlo, hoy de 11 años, nació de manera prematura y con secuelas graves.
"Jan Carlo permaneció tres meses en cuidados intensivos y en ese lapso presentó un infarto cerebral, el cual le dejó mayor secuela, epilepsia, discapacidad motriz, intelectual, de lenguaje, pero ese fue un motivo más para seguir luchando".
Luego una nueva esperanza se iluminó con la llegada de Isabella, hoy de 8 años.
"La bendición después de tener Isabella, que es otro motorcito, es mi amiga, es la niña que siempre está ahí ayudándome, apoyándome con su hermano, me siento muy bendecida detenerlos", dijo Angie.
La situación se complicó al divorciarse del padre de sus hijos y surgieron otros inconvenientes en el mercado laboral por ser mamá, tener discapacidad y por la condición de su hijo.
Pero durante la pandemia, las empresas abrieron nuevas oportunidades y el home office le dio un respiro a las aspiraciones profesionales de Angie y a la economía de su familia, al ser contratada como agente de atención al cliente.
"Afortunadamente me dio la oportunidad en una empresa, de realizar Home Office, y actualmente me siento muy contenta, dichosa y bendecida de poder tener este empleo".
Aunque Angie sabe que no necesita una corona para ser una reina, también se ha convertido en portavoz de mujeres con discapacidad en certámenes de belleza.
"Hay que ayudarles a nuestras mamás porque si no un día se nos van a ir y ya no los vamos a tener a nuestro lado.
"Porque luego toda esa felicidad se va a ir para arriba, para el cielo", expresó Isabella, hija de Angie.
Angie es una madre que todos los días busca romper con los estereotipos, es una vocera de empoderamiento y ejemplo de vida para toda la sociedad.
"Yo sólo le pido a Dios salud por mis hijos, yo creo que es el mejor regalo".
Además de sus actividades labores y de casa, Angie pertenece a un grupo de mujeres que impulsan a otras que sufren o sufrieron violencia.
mvls