El arzobispo de Puebla, Víctor Sánchez Espinosa, llamó a todos los sectores de la sociedad a combatir el cáncer de la violencia que crece de forma incontrolable “con formas de metástasis” y que afecta a gran parte de la sociedad.
Al encabezar la misa dominical en la Basílica Catedral de Puebla, Sánchez Espinosa llamó a contrarrestar la violencia con amor y pidió detener el odio, la enemistad, el rencor, los resentimientos y los deseos de venganza.
“No podemos seguir generando odio, enemistad, rencor, resentimiento o deseo de venganza. Estos males, son cáncer que crece de forma incontrolable con muchas formas de metástasis. Su daño corre en nuestra existencia y nos sumerge en una espiral devastadora e irreversible donde la violencia engendra más violencia”, resaltó.
En su mensaje a los fieles católicos desde el edificio más importante de la arquidiócesis de Puebla, Sánchez Espinosa resaltó que el ser humano tiene la misma posibilidad de tener enemigos que de ser enemigo de otros; además, la violencia no se puede justificar de ninguna forma.
“A veces, queridos hermanos, se pretende justificar la violencia como algo normal. Suele decirse que siempre han existido luchas y guerras; sin embargo, la violencia es una reacción irracional, motivada por la actitud ciega e intolerante, solapada por estructuras sociales que la admiten y hasta la fomentan para sacar beneficio personal”, destacó.
Para el líder de la grey católica en Puebla, la violencia es resultado de una combinación de factores, por ello, no es un fenómeno natural y es producto de miembros de una sociedad con intereses particulares.
“La violencia nunca es un fenómeno natural, es más bien producto de una sociedad deshumanizada y con intereses mezquinos. La violencia es multifactorial y multiforme”, resaltó el arzobispo.
Sánchez Espinosa reprobó la violencia que generan grupos delictivos por la lucha de poder y el control de sus territorios y, al mismo tiempo, la que se genera en los hogares y en el entorno social que se traduce en agresiones.
“No es solo aquella violencia extrema generada, como lo vemos ahora, por bandas delincuenciales, por el crimen, en la lucha por el poder y el control de sus territorios, es también la violencia que se da día a día y que generamos en las calles y hasta en el propio hogar, violencia intrafamiliar y agresiones. A veces, por tonterías insignificantes”, expresó.
A pesar de las adversidades, añadió Sánchez Espinosa, se puede comenzar la construcción de entornos en donde la armonía sea el principal factor para contrarrestar la violencia que lastima a las familias y a las sociedades.
“Corremos el riesgo de desilusionarnos, pero nuestra vocación, repito, es la santidad”.
Por último, el arzobispo poblano pidió que, ante la cuaresma que inicia el próximo 22 de febrero, comience un proceso de análisis y cambio personal en busca de entornos de armonía y paz.
“Tenemos que esforzarnos por vivirlas aquí y ahora en nuestro país tan golpeado por el flagelo de la violencia, la inseguridad, el crimen, la división, la polarización, el encono. Dejemos de oír los aullidos de lobos sanguinarios que buscan sacar partido de la violencia y del sufrimiento y escuchemos la voz del buen pastor”, finalizó Sánchez Espinosa.
ERV