Menor es atacado a patadas por celebrar un gol de su equipo y días después muere en Puerto Vallarta

El joven fue llevado a un hospital, donde le diagnosticaron trombosis en la pierna, y días después falleció.

Balón de fútbol en la portería / Especial
Puerto Vallarta, Jalisco /

Un menor de 14 años murió después de haber sufrido una golpiza después de que se había puesto a celebrar porque su equipo había anotado un gol durante un partido de fútbol en Puerto Vallarta.

De acuerdo a información brindada por la Fiscalía de Jalisco, el joven fue agredido a patadas mientras celebraba el gol por parte de sus compañeros de la escuela, con quienes estaba jugando el partido, por lo que fue llevado a un hospital privado de la localidad.

En el hospital, al menos se le diagnosticó una trombosis en la pierna, pero fue enviado a su casa. Días después empezó a empeorar su salud, por lo que fue trasladado al Hospital Regional de Puerto Vallarta, donde murió el 1 de septiembre.

Después de la muerte del menor, la Fiscalía de Jalisco inició una carpeta de investigación para determinar si hubo negligencia por parte de los médicos particulares.

Hasta ahora se desconoce si los padres del joven fallecido presentarán cargos contra los otros compañeros que lo atacaron a patadas, hecho que de acuerdo a medios locales ocurrió el 28 de agosto.

¿Cómo evitar este tipo de situaciones en el deporte juvenil?

Es fundamental que las instituciones deportivas, los entrenadores y los padres trabajen para enseñar y reforzar valores como el respeto y el control emocional. También es crucial que haya mecanismos adecuados para manejar conflictos y sancionar comportamientos violentos.

La educación y la prevención son claves para evitar que incidentes como este se repitan. La comunidad debe unirse para ofrecer apoyo a las víctimas y trabajar hacia una cultura más positiva en el deporte.

Los entrenadores y los educadores deben enfocarse en enseñar valores como el respeto, la empatía, la responsabilidad y el control emocional. Estos valores deberían ser parte integral del entrenamiento y no solo algo que se menciona de vez en cuando.

Es importante tener reglas claras sobre el comportamiento dentro y fuera del campo de juego, así como un sistema de sanciones para quienes no las cumplan. Las normas deben ser comunicadas claramente a todos los jugadores y sus familias.

Fomentar un ambiente en el que los jóvenes se sientan cómodos expresando sus preocupaciones o problemas puede ayudar a identificar y abordar conflictos antes de que escalen. Las reuniones regulares con jugadores y padres pueden ser útiles.

Si se detectan signos de comportamiento agresivo o de falta de respeto, es crucial intervenir de manera temprana. Esto puede incluir asesoramiento, mediación o incluso ajustes en el equipo o el entorno de entrenamiento.

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