En Nuevo León hay muchos lugares que son emblemáticos, uno de ellos es el Barrio Antiguo ubicado en el Centro de Monterrey, conocido por la vida nocturna que ofrece por su gran cantidad de bares y antros con los que cuenta, la cual es disfrutada por los jóvenes regios.
Sus casas construidas en su mayoría con sillar y por sus calles empedradas, son algunas de las cosas que también lo caracterizan en medio de una ciudad modernizada.
Actualmente se encuentra a un lado del Palacio de Gobierno y la Macroplaza, el cual originalmente abarcaba un mayor espacio que iba desde el río Santa Catarina hasta la calle 5 de mayo, de sur a norte, y de la calle Mina a la calle del Roble (hoy avenida Benito Juárez), de oriente a poniente.
Su nacimiento
Tras la fundación definitiva de la “Ciudad Metropolitana de Nuestra señora de Monterrey” realizada por Don Diego de Montemayor el 20 de septiembre de 1596, comenzaron las labores de construcción de las primeras casas, sin embargo, nunca se ha podido saber con exactitud donde estuvieron los primeros asentamientos españoles.
Las calles de Monterrey se organizaron en cuadrantes con la Plaza Mayor como eje central, de acuerdo a las llamadas Ordenanzas de Felipe II firmadas en el año de 1576.
Sin embargo, en la primera mitad del siglo XVll hubo un retroceso en la ciudad debido a que se registró una inundación por el desborde de los Ojos de Santa Lucía el año de 1612. Tras este acontecimiento se movió la plaza mayor donde actualmente se ubica la Plaza Zaragoza.
Cambios en la época del Porfiriato
En la época del Porfiriato (1876-1911), Nuevo León tuvo un importante crecimiento, especialmente en la última década del siglo XIX durante el mandato de Bernardo Reyes.
En el Barrio Antiguo se ordenó la construcción del nuevo Palacio de Gobierno, terminado en 1908, el cual actualmente continúa siendo la sede del poder estatal.
Posteriormente en el siglo XX sufrió una crisis económica, pues la industria fue instalándose poco a poco en otras zonas periféricas de la ciudad.
Durante esos años se construyeron la Estación de Ferrocarriles del Norte, la Cervecería Cuauhtémoc y la Industria de Fundidora de Fierro y Acero de Monterrey.
Esto provocó que el Barrio Antiguo se fuera despoblando, pero aun así se continuaron construyendo casas estilo porfiriano.
Se vuelve zona de entretenimiento nocturno
Fue a finales de los noventa cuando varios empresarios instalaron centros nocturnos y bares en la zona de Barrio Antiguo, haciendo iconos a lugares como el Bar Río, el Ananá, Ma-naus o La Chavela, a donde acudían jóvenes de entre 20 a 30 años de edad.
En esta época este sitio era el de moda, por lo que cada noche era visto abarrotado por los jóvenes que hacían largas filas para entrar a los antros y tomar bebidas alcohólicas.
Después fueron instalándose más negocios de otros giros como restaurantes o bares con música romántica o el reggae.
Calles como Padre Mier o Morelos se convirtieron en vías peatonales durante las noches, ya que los visitantes llegaban desde las 10 de la noche a los centros nocturnos y salían a la mañana siguiente.
Barrio Antiguo, sitio afectado por la inseguridad en NL
Pese a que todo parecía ser tranquilo y solo se observaban a jóvenes divirtiéndose, no todo era color de rosa, pues el narcomenudeo apareció en los antros y hasta en las calles del Barrio Antiguo.
El éxito de los comercios de esta zona atrajo a la delincuencia y los narcodistribuidores comenzaron a disputarse los puntos de venta de droga, por lo que diariamente se registraban balaceras, ejecuciones y secuestros.
Por esta situación, las mujeres fueron las primeras en decidir no acudir a estos lugares ante el temor de ser víctimas de estos hechos violentos.
Además, los delincuentes amenazaban y extorsionaban a los dueños de los negocios a cambio de protección, por lo que muchos optaron por cerrar sus locales.
Tras esto, el Barrio Antiguo se convirtió en un pueblo fantasma, pues la mayoría de la gente se alejó.
El renacimiento
Años después El Barrio Antiguo volvió a renacer luego de que la delincuencia bajara y llegaran nuevos negocios.
Sorprendentemente comenzaron a visitar la zona familias completas, jóvenes, adultos mayores y turistas.
Actualmente los domingos sobre la calle Mina se instala el “Corredor del Arte", un tianguis donde artesanos, artistas locales y comerciantes se antigüedades ofrecen sus productos a los visitantes.
Además de que hay muchas cafeterías y restaurantes con diversas temáticas atractivas, mientras que por la noche continúan activos los bares y centros nocturnos para quienes buscan divertirse.
mvls