La gastronomía poblana se ha convertido en una de las favoritas y de las más reconocidas en México por la explosión de sabores que causa y sobre todo, porque según los visitantes, su comida es una de las más vastas para el apetito humano, sin duda las grandes protagonistas son las cemitas poblanas, por ser uno de los platillos más completos y deliciosos.
La cemita poblana es un ícono que ha conquistado paladares locales y extranjeros por igual y que se ha convertido en uno de los antojos favoritos de quienes piensan en visitar Puebla, sobre todo quienes vienen de la Ciudad de México o Veracruz. Pero, ¿cuál es el origen de esta delicia y por qué lleva este peculiar nombre?
Historia y origen del pan de la cemita poblana
El pan de cemita tiene sus raíces en la época virreinal, cuando Puebla, conocida como la Ciudad de los Ángeles, se destacaba como un importante centro cultural y comercial, durante este periodo la ciudad entregaba dos variedades de pan como tributo a la corona española.
Este alimento básico evolucionó con el tiempo gracias a la influencia de los colonizadores europeos, particularmente los franceses, quienes aportaron técnicas que enriquecieron tanto su forma como su sabor.
Una de las características más notables del pan de cemita es su adorno con ajonjolí, que los artesanos poblanos decoraban con gran maestría, antes las tapas del pan solían llevar formas intrincadas como flores, estrellas, animales, e incluso inscripciones de nombres y frases.
Una anécdota famosa cuenta que durante una comida organizada por el general Maximino Ávila Camacho en Teziutlán, las cemitas servidas llevaban grabado el escudo de armas del municipio, una muestra de la destreza artesanal detrás de este pan.
¿Cuál es el origen del nombre de la cemita?
El término "cemita" proviene del ingrediente clave en su elaboración: el acemite, una mezcla de salvado y harina de trigo que le da al pan su textura distintiva, este pan salado, que se caracteriza por su cubierta de ajonjolí, comenzó a popularizarse a mediados del siglo XIX como un alimento accesible para las clases populares.
Gracias a su facilidad de transporte y larga duración, se convirtió en un tentempié ideal para trabajadores y campesinos, además de que es ligero ya que para su realización no se requieren grasas vegetales o animales, ya que la base es agua.
¿Cómo se definió el relleno de las cemitas poblanas tal cómo lo conocemos hoy?
En sus inicios, las cemitas eran un plato sencillo: pan relleno de papa, frijol y nopal. Sin embargo, con el paso del tiempo, su relleno se convirtió en una explosión de sabores como muestra de la creatividad culinaria poblana.
Hoy, las cemitas pueden llevar milanesa, pierna de cerdo, pechuga de pollo, jamón, quesillo, chile chipotle y las infaltables hojas de pápalo, que les otorgan un toque único e inconfundible.
Aunque, cabe mencionar, que la tradicional cemita poblana es de milanesa de cerdo, con quesillo, aguacate, cebolla, aceite de oliva y pápalo.
La cultura poblana dice que las cemitas sólo saben así en Puebla, porque aunque han intentado hacer este pan en otras regiones no queda igual porque además el clima del estado favorece la elaboración de las ricas cemitas.
La cemita hoy en día es mucho más que un simple platillo; es un emblema de la identidad poblana, su sabor, su historia y su capacidad de adaptarse a los gustos modernos han hecho que este ícono de la gastronomía mexicana perdure a lo largo de los años.
En la actualidad el pan de cemitas se rellena con diferentes ingredientes, entre ellos algunos exóticos como la cemita de chile en nogada o la cemita de helado.
ERV