En el contexto del centenario del asesinato de Francisco Villa, el pasado 20 de julio la Autoridad del Centro Histórico anunció que se hará una nueva escultura en la esquina de Madero e Isabel la Católica para conmemorar a este personaje.
La pieza de tamaño real será colocada en el lugar donde el Centauro Norte, el 8 de diciembre de 1914 se subió una escalera para colocar el letrero de su amigo, Francisco I. Madero, después de que junto con Emiliano Zapato tomarán la Ciudad de México.
José Manuel Oropeza, coordinador general de la Autoridad del Centro Histórico, destacó que esta iniciativa es el resultado de las acciones del Comité Ciudadano integrado por familiares de Francisco Villa, escritores, curadores y cronistas que impulsaron esta propuesta artística.
“Ya se aprobó el procedimiento legal para colocarla; en diciembre vamos en tamaño real. Para la Autoridad del Centro Histórico es muy importante porque forma parte de nuestra memoria como ciudad haber sido el epicentro de este momento tan relevante de la Revolución mexicana, la llegada de los ejércitos populares”, aseguró Bautista.
El artista Eduardo Bautista presentó la escultura a escala de Francisco Villa, para que el público se diera una idea de la obra elaborada en bronce, la cual contará con un presupuesto de dos millones de pesos y con una altura de 1.80 metros. El artista explicó que su obra sirva como un ejercicio petulante.
“Se busca que no sea una escultura petulante que sirva como un ejercicio pedagógico. La idea es crear el instante captado por el fotógrafo Casasola cuando el general cambia la placa. Tomamos ese registro fotográfico para hacer este modelado”, aseguró el artista.
Además, la obra incluirá una cápsula del tiempo en las que se colocarán las crónicas de los recorridos que ha hecho la familia Villa en el norte del país.
Por su parte Ursus Juárez, el curador de la obra, explicó que uno de los actos que se suscitaron en ese momento después del encuentro de Pancho Villa y Emiliano Zapata en Xochimilco, fue la cabalgata que se dio a largo de Paseo de la Reforma hasta el Zócalo.
“Queremos destacar el acto simbólico y revolucionario que fue en este lugar: quitó la plaza de Plateros - que reconocía la labor de mineros y comerciantes del colonialismo-, y la bautizó como Francisco I. Madero, como un homenaje al apóstol de la democracia; ni siquiera por un trámite ante el gobierno de la ciudad”, aseguró Ursus.
También dijo que aclaró que todo el proceso de elaboración de la escultura será transparente.
LYA