A lo largo de la historia, Nuevo León ha atravesado problemas de abastecimiento de agua gracias al clima semi-árido, temperaturas extremas y precipitaciones anuales menores a los 300 milímetros; condiciones que dieron lugar a la construcción de una de las presas más importantes del estado: la del Cerro Prieto.
Durante el sexenio del presidente de la República, José López Portillo, la represa sustentada por la Federación formó parte del ambicioso Plan Hidráulico emprendido por el entonces gobernador Alfonso Martínez Domínguez, con el objetivo de distribuir el líquido a 132 colonias populares en ocho municipios del Área Metropolitana de Nuevo León.
La construcción del embalse al este del municipio de Linares tardó tres años en concretarse, y finalmente fue inaugurada en 1984, con la promesa de garantizar agua al estado hasta el período 2010-2020, siempre y cuando, la población total no superara los 4.5 millones de habitantes.
“Ganamos la batalla del agua hasta el año 2010-2020 si la usamos razonablemente y no crecemos desmesuradamente, Monterrey no debe crecer más allá de tres y medio, cuatro millones de habitantes, de lo contrario volverá a haber una crisis tremenda de agua”, pronosticaba el entonces gobernante neolonés.
Con un acueducto de 60 kilómetros de longitud, la popularmente denominada “obra del siglo” tiene una capacidad de 393 millones de metros cúbicos, pero por seguridad, se estableció un tope de almacenamiento de hasta 300 millones de metros cúbicos.
De acuerdo al registro de la Comisión Nacional del Agua, la primera vez que se abrieron las compuertas de la Presa del Cerro Prieto, fue el 17 de septiembre de 1988, pues existía el temor de que la cortina reventara por el rápido aumento en el almacenamiento en consecuencia a las intensas lluvias debido al huracán “Gilberto”.
Este depósito de agua representa cerca del 21 por ciento del acopio total de las presas del Nuevo León, siendo el segundo más grande, tan sólo por debajo de la de El Cuchillo que cuenta con una capacidad de mil 123 millones de metros cúbicos
La represa que alguna vez salvó al estado de un grave problema de abastecimiento de agua, ahora registra un embalse de menos del 0.5 por ciento, nivel más bajo históricamente registrado; por lo que, de no presentarse precipitación alguna, solo podrá abastecer a la zona metropolitana hasta el próximo viernes.
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