El desequilibrio entre la naturaleza y el crecimiento industrial de Monterrey, ha derivado en el riesgo, o incluso en la desaparición de algunas especies animales en los últimos años.
Esta situación es más seria de lo que se cree, ya que la desaparición de una especie animal impacta, tarde o temprano, la forma de vida humana.
Como ejemplo de los animales en peligro de extinción, se encuentran el oso negro americano, que en los últimos años se han incrementado sus avistamientos en sectores habitacionales.
Sin embargo, lo anterior es una amenaza real para esta especie, ya que los peligros van desde enfermar por comer basura doméstica, hasta morir atropellado.
Otro caso relevante en Nuevo León, es el de la cotorra serrana oriental, severamente afectada por los recientes incendios en la Sierra de Santiago, al grado de alterar a su especie.
Ante todo, lo anterior, implementar criterios ambientales en la planificación del desarrollo de la ciudad, más que una necesidad, se ha vuelto una prioridad, para evitar afectaciones a la naturaleza, y que más especies desaparezcan.
jvl