Desde el 11 de agosto, medios de comunicación, colectivos y sociedad civil han nombrado a Roberto, Diego, Dante y Jaime y Uriel, conocidos como los cinco jóvenes desaparecidos en Lagos de Moreno, Jalisco.
Sin embargo, detrás de cada imagen de los rostros de los jóvenes que aparecen en redes sociales, noticias o memoriales, existe una historia.
¿Quiénes son los jóvenes desaparecidos?
Dante Cedillo Hernández, de 22 años, era ciclista, incluso ganó dos medallas de oro en competiciones de la Olimpiada Nacional, su hermano Mauro, refirió a la BBC que estaba por abrir su propio negocio de silicones.
Diego Alberto Lara Santoyo, de 20 años, trabajaba en el taller de su padre como herrero. Su familia lo describió en redes sociales como alguien alegre y bromista.
Jaime Adolfo Martínez Miranda, te 21 años, fue descrito por su papá, el señor Juan Martínez, como alguien alegre, bailador y amante del fútbol. Le iba al equipo América y estudió la preparatoria en Monterrey, donde también jugaba a este deporte para perseguir su sueño de convertirse en un futbolista. Su padre mencionó que después de acabar la prepa, volvió a Lagos de Moreno, y era muy trabajador, en ocasiones se dedicaba a la albañilería y le gustaba correr.
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Roberto Carlos Olmeda Cuellar, de 20 años, era estudiante de ingeniería industrial en el Centro Universitario de Lagos de Moreno, de la Universidad de Guadalajara, incluso practicaba boxeo. Su papá lo describió a través de redes sociales como alguien amigable y sonriente, amante de la lectura y el rap.
Por último, Uriel Galván González, de 19 años, el más joven de las víctimas, es descrito como una persona amigable, practicaba boxeo con Roberto y le gustaban las bicicletas.
La información más reciente que se tiene acerca de los desaparecidos, es que Enrique Alfaro Ramírez, gobernador de Jalisco, confirmó que los restos óseos encontrados cerca de la localidad de La Troje, en Lagos de Moreno, no corresponden a los jóvenes.
AA