“La vida solo termina cuando llega el olvido”, fue una de las consignas con las que uno de los cientos de poblanos que vive en la mixteca poblana utilizó en la madrugada del 2 de noviembre para acudir al panteón para celebrar el Día de Muertos.
Como cada año los habitantes de Tepexi de Rodríguez y de San Juan Ixcaquixtla acudieron y pasaron la segunda madrugada de noviembre en el camposanto municipal, ya que de acuerdo con sus creencias sus queridos que fallecieron en el pasado volvieron a visitarlos.
De esta manera los cementerios de ambas demarcaciones se llenaron de colores, luz y alegría, ya que las personas que acudieron lo hicieron con papel picado, flores, veladoras y hasta con música, todo para recordar de buena manera a los asistentes.
Tumbas iluminadas y chispitas de fuego dan color a los panteones de Tepexi en Puebla
Las celebraciones se distinguen a las del resto de lugares, ya que durante la noche los panteones son iluminados por las velas de quienes pasan todo el tiempo ahí.
Uno de estos es el de Ana Laura, quien en compañía de su esposo y de su hijo acudió al panteón de Tepexi de Rodríguez para visitar a sus seres queridos ya fallecidos.
Las celebraciones del Día de Muertos es algo que cada persona vive de manera diferente, por lo que Ana Laura y su familia decidieron este año usar chispitas de fuego para darle mayor luz a la tumba de su familiar.
Para José, el 2 de noviembre es la oportunidad perfecta para reunirse nuevamente con sus padres y hermano, quienes fallecieron hace varios años, ya que acude al panteón a “quemar la cera” para convivir con ellos durante toda la madrugada.
Para él dicha tradición mexicana es una de las más bonitas que existen, indicando que deben de seguir prevaleciendo con el paso de los años.
El Día de Muertos en Ixcaquixtla, una auténtica fiesta
En el municipio de San Juan Ixcaquixtla el Día de Muertos se vive como una auténtica fiesta, ya que a las afueras del cementerio se aprecian diversos puestos de comida y entretenimiento como si de una feria popular se tratase.
Al interior del camposanto se encontraban los habitantes del municipio que acudieron a recordar a sus seres queridos. Allí habían desde niños y niñas, hasta personas de la tercera edad, evidenciando que no existe edad para no recordar a un ser querido que partió al más allá.
A pesar de que en algunos casos las tumbas de los fallecidos ya son viejas, ello no impide que no sean recordados según señaló Juan, quien junto con su esposa año con año visita el panteón durante el 2 de noviembre para conmemorar a sus papás y sus suegros durante las celebraciones del 2 de noviembre.
EG