Con más de 13 años en el medio, originario de Costa Rica pero con el corazón más mexicano al haber vivido más de siete años en Ciudad de México y Guadalajara, Edwin Ramírez, diseñador de modas cuenta como evitó el suicidio.
Con 36 años Edwin narra que todo comenzó en plena pandemia por el covid-19 cuando tuvo que regresar a su país de origen, él creyó que sólo estaría 2 meses en Costa Rica, sin embargo, cuando el confinamiento se alargó la soledad lo alcanzó y su frustración comenzó a crecer al no ejercer su carrera.
“Todo lo que tenía se pausó, se truncó y por otro lado se empezó a caer […] nos encerraron mucho, prácticamente tres años aproximadamente y entonces el estrés, situaciones familiares, de cierto modo el verme frustrado profesionalmente, porque por algo había elegido irme de Costa Rica para México, iban y venían pensamientos, yo creo en Dios, no religiones, creo en todo lo positivo que me da el universo, pero ya no y empezaron a llegar aquellos pensamientos feos”, mencionó.
Edwin comentó que le “llegó un pensamiento feo, empiezo a hacer espacio y espacio y llegó un momento donde dije, pues ya no aguanto, ya no puedo y vamos hablarlo crudamente, alisté el mecate de la cuerda y ya tenía todo listo”.
Cuando estaba a punto de hacerlo, colapsó en una catarsis de emociones que lo llevaron a detener el proceso, rompió la carta póstuma, cayó en llanto y posteriormente perdió el miedo a la psicología y psiquiatría, lo anterior lo hizo entender que está bien requerir de medicamentos para sanar la mente y lo emocional.
El diseñador compartió su frase, “los desiertos son para pasarlos no para evitarlos”, luego de esta etapa cruda, regresó a México para retomar sus metas y conquistar los sueños propuestos; de ahí surgió su nueva colección “Con sabor a ti México” mostrando a través de sus colores negro, blanco, rojo y fucsia su experiencia de vida; donde el negro representa toda esa etapa suicida.
Edwin mandó un mensaje de aliento, ya sea a quienes estén o no pasando por una situación similar; así como dar muestras de amor y tiempo de calidad a las personas.
“Se vale llorar y caerse; algo muy importante, usted que está del otro lado de la pantalla y que por su cabeza no pasa esto, tómese su tiempo y tenga la bondad de mandarle un mensaje a alguna persona y decirle usted es valioso, cuenta conmigo, usted no sabe esos mensajes la adrenalina que nos suben cuando ya uno está de este lado, y a veces cuando uno está así, con un mensaje así una persona se va a dar cuenta precisamente que no está solo”.
Su meta es llevar su historia a más personas, pues no hay edad, ni físico, ni estatus social, ni país para pasar por esto, cualquiera está expuesto.
“El otro día le dije a alguien, pues con la muerte me tome un tequila bailamos una ranchera y seguimos viviendo ya lo demás ya no me lo cuentan que ya lo viví, entonces sí, me gusta contagiar a la gente de esto rico que pues si pues sí, me bailé con la muerte, pues le di la vuelta, la dejé por allá y yo seguí, así hay que ver las cosas así”.
Apuntó que el 10 de septiembre no es una fecha para conmemorarse, sino para crear conciencia y prevenir.