Durante este año los menores de edad han resultado afectados, en algunos casos de manera fatal, al registrarse balaceras entre autoridades y delincuentes, o ataques entre integrantes de grupos criminales.
En lo que va de 2023 se han suscitado ocho incidentes, los cuales han dejado un triste balance de dos niños muertos y seis heridos, como efectos colaterales de la violencia.
El 15 de enero un niño de seis años fue alcanzado por una bala en la colonia Valle de San Roque, en Guadalupe, cuando ejecutaron a su padre, identificado como un escolta.
En marzo 19 un menor resultó herido por esquirlas, luego de que delincuentes irrumpieron en una fiesta infantil y asesinaron a balazos a un adulto, en la colonia Los Cristales, de Monterrey.
El 25 de abril, Briana, de 12 años, recibió un disparo en la cabeza durante un ataque al domicilio, en la colonia Alianza Real, de Escobedo, y falleció ocho días después.
Al día siguiente, pero en la colonia Las Sabinitas, de Guadalupe, una adolescente de 13 años quedó con lesiones al momento de una balacera que cobró la vida de su primo.
El 18 de mayo, Roberto, de 14 años, murió luego de recibir varios disparos, cuando un sujeto que iba a ser ejecutado lo tomó como escudo, en la colonia Las Estancias, en Apodaca.
Un día después el pequeño Víctor Hugo, de 5 años, sufrió un impacto de bala al momento de la agresión a un familiar a bordo de un vehículo, en la colonia Hidalgo, de Monterrey.
En esa misma fecha, Solanyi, de 8 años, fue también víctima colateral, con una herida en un brazo, cuando dos desconocidos dispararon contra la casa de un vecino, en la colonia Alianza Real, de Escobedo.
Finalmente, el 20 de mayo, Melissa, de 12 años, estaba en su cuarto, en una colonia de Ciénega de Flores, cuando una bala la alcanzó en el hombro derecho durante un tiroteo entre policías y delincuentes.
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