En Jalisco se elaboran alimentos especiales durante cada época del año, banquetes que forman parte de recuerdos y tradiciones, y la Semana Santa no podría estar completa sin las típicas empanadas que los jaliscienses preparan y venden en los alrededores de las iglesias, especialmente en el Centro Histórico de Guadalajara.
Las empanadas se comen en distintas partes del mundo, sin embargo, la forma de prepararlas es diferente, desde la cocción y los rellenos. En Jalisco se trata de una pasta sucre a base de harina, agua, manteca y azúcar, la cual se mezcla hasta conseguir una masa lo suficientemente consistente para que no se rompa al momento de palearla.
¿Por qué las empanadas de Semana Santa son tan tradicionales?
Durante la visita a los Siete Templos, se interpretan los recorridos que realizó Jesús el Jueves Santo hasta el Monte Calvario, mientras los feligreses gozan de este pan casero, una tradición deleitosa que se celebra anualmente.
Los feligreses realizan una reflexión para orar al interior de los templos, a pesar de que no es una tradición obligatoria. Además, el gusto de los peregrinos también se debe al folclor, especialmente en la ciudad de Guadalajara, en donde la arquitectura de las iglesias también es apreciada.
Esta tradición de los Siete Templos tiene una historia de hace más de dos mil años atrás, cuando Jesucristo hizo siete escalas que consiste en las horas antes a su detención hasta el Monte Calvario, para su crucifixión. Esta es una época que alegórica que dura de la noche del Jueves Santo hasta parte del día siguiente, y esta tradición sugiere que los feligreses revivan el recorrido en cualquiera de estos dos días.
¿Cuál es el origen de las empanadas?
El origen de las empanadas no es preciso, sin embargo, los encargados de preparar este alimento dicen que se inició en Europa, y posteriormente fue traído por monjas, quienes con el paso del tiempo modificaron su preparación al introducir azúcar espolvoreada, y comerlas sobre todo en días de Cuaresma. Los jaliscienses disfrutan de estos banquetes con distintos rellenos, entre ellos chocolate, cajeta, leche, piña, fresa y más, mientras que también hay sabores salados con atún, rajas o champiñones.
En Guadalajara, las aceras de los templos y sus alrededores son cubiertos por vendedores con una gran cantidad de empanadas, ya sean dulces o saladas, para todos los gustos. Por lo que Semana Santa es la época en donde más se consume este tipo de panes.
AA