Adiós a un Niño Campeón: Enrique Suárez Narváez

El pasado 2 de mayo falleció Enrique Suárez Narváez, campeón de la Serie Mundial de Ligas Pequeñas en 1957 representando a Monterrey. El arquitecto Héctor Benavides conversó con Pepe Maiz, presidente de Sultanes y miembro de aquel equipo de leyenda,

De los campeones en 1957 solo sobreviven cinco, algunos de ellos con enfermedades y apuros. | Especial
Monterrey, Nuevo León /

Dedicado a la familia de Enrique


Que vuelva a surgir la emoción olvidada y que brote nuevamente el cariño para aquellos niños, ahora hombres de bien, que un día vivieron un cuento de hadas deportivo, único e inolvidable”.

Así lo pide el forjador de los Niños Campeones de 1957, César L. Faz, en el prólogo de su libro Los pequeños gigantes, editado el 21 de noviembre de 1981.


El libro me lo regaló el mes de agosto de 1997 en Cambios, cuando se cumplieron los 40 años de la hazaña de los 14 niños que se convirtieron en campeones de la Serie Mundial del Beisbol de las Ligas Pequeñas, en Williamsport, Pennsylvania.

De ese equipo que tocó la gloria, sobreviven cinco y hay algunos que la están pasando mal. Recientemente el –2 de mayo pasado– falleció Enrique Suárez Narváez, a los 78 años de edad. Su amigo y compañero de equipo, José Pepe Maiz García, presidente de Sultanes de Monterrey, nos dio una entrevista para Archivo de un Reportero.

¿Quién era Enrique Suárez?


Durante media hora, el ingeniero Pepe Maiz nos habló de su inolvidable experiencia a partir del viaje en un modesto camión con sus 13 compañeros, y con Harold Lucky Haskins, José González Torres, coach auxiliar, y el mánager César L. Faz, con destino a Williamsport, sede del Campeonato Mundial de Beisbol de Ligas Pequeñas, en el lejano agosto de 1957.

Después de que Pepe Maiz nos diera detalles y resultados de los juegos y algunas anécdotas, sin que fuera otro propósito más que el de rendir un pequeño homenaje a la memoria de Enrique Suárez, la conversación nos llevó a la realidad que han vivido y siguen viviendo los sobrevivientes de aquella escuadra, a quienes se les hicieron muchas promesas de apoyo hace 66 años y que no se han cumplido a cabalidad. Aquí la conversación.


Estimado Pepe, cuando fallece un Niño Campeón, como es el caso de Enrique, ¿la familia sigue recibiendo el apoyo económico?


No, nada. Según entiendo, las que ya están viudas de los que fueron nuestros compañeros ya no reciben nada, es una pensión vitalicia, pero es nada más para el que jugó.


A lo mejor cometo una indiscreción, pero de repente me llegan personas que dicen: “Oye , sabes que me entere que un Niño Campeón la está pasando muy mal”… Entonces sería muy justo volver a activar la pensión para las familias de los jugadores.


Yo estoy 100 por ciento contigo. Desgraciadamente sí, pocos de ellos pudieron aprovechar la beca para estudiar que nos regaló en aquel tiempo el gobernador Raúl Rangel Frías. Si no la pudieron aprovechar fue precisamente por sus escasos recursos y tuvieron que empezar a trabajar para poder ayudar a sus familias. Entonces, todo lo que les ayuden es muy bueno porque la verdad yo sé de varios de mis compañeros que están muy apurados. Y sí, considero que las viudas la están pasando muy mal, ya sin el apoyo que se les daba, ya de perdido algo, pero se les quitó completamente.


Pepe, ¿cuántos sobreviven de los Niños Campeones?


Somos cinco y hay algunos que la están pasando muy mal, verdaderamente muy mal, debido a enfermedades. Ángel Macías, que está enfermo desde hace años, su esposa también, los dos están enfermos. No se vale. Chuy Contreras también está enfermo, ahora recientemente le dio un pequeño infarto cerebral. A Mario Ontiveros también, pues prácticamente los que estamos ahorita caminando somos Rafael Estrella y un servidor. Vamos a darle seguimiento al apoyo con amistades, autoridades, empresas, que yo sé pueden responder y ojalá sea pronto…

Déjame decirlo desde ahora: yo les pido a los ciudadanos de Nuevo León, a quienes conocieron nuestra historia y a los que no la conocieron, pero que pueden conocerla a la hora que quieran, porque la historia está en las películas en YouTube y en Netflix, decirles y pedirles que los ayuden. A ellos y a sus familias.

Que así sea, estimado Pepe y cuenten conmigo.



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