Dificultades para dormir, sobresaltos, y a la larga ansiedad es lo que pudiera padecer el pequeño Juan Carlos tras su rapto.
A pesar de tener solo tres meses de vida, la teoría psicológica sugiere que los eventos traumáticos quedan grabados en la memoria incluso desde el vientre materno, explicó la terapeuta Tayde Ruiz Coronel, especialista en terapia breve sistémica y terapia cognitivo-conductual.
“Seguramente lo tendrá porque, a pesar de su corta edad, los bebés desde que nacen son capaces de sentir. No podemos asegurarlo, pero partiendo desde la teoría, quedan grabados en la memoria estos eventos traumáticos”, precisó Ruiz Coronel, al tiempo que advirtió que podrían aparecer señales como dificultad para dormir, sobresaltos, o incluso una necesidad excesiva de contacto físico.
Terapeuta analiza posibles causas del rapto del bebé
El caso del rapto de Juan Carlos, quien fue sustraído en el municipio de Escobedo y posteriormente encontrado, ha desatado interrogantes sobre el porqué del accionar de las implicadas.
Según la terapeuta, el deseo de tener un hijo puede tornarse en una obsesión.
“La verdad es que hay personas que llegan a tener no sólo un deseo, sino que se convierte inclusive en una obsesión tan grande que se valen de cualquier cosa, hasta llegar a estos extremos, como cometer un delito de esta naturaleza, para satisfacer ese deseo tan grande por causas que pueden ser variadas”.
La especialista consideró que esta obsesión podría estar motivada por una intensa presión, posiblemente de una pareja al tener el contexto de que una de las implicadas aparentemente sufría violencia por parte de su pareja.
“Yo creo que era ya una obsesión de tener este hijo. Eso por un lado podría ser. Por otro lado, podría ser también una presión de la pareja. No sabemos hasta qué punto el esposo le exigía que tuviera un hijo y, probablemente, al no conseguirlo, venía de ahí este maltrato o agresión física hacia la señora. Entonces, ella quizá en sus intentos de complacer al esposo, llegaron a cometer estos hechos delictivos no sólo con este infante, sino como anteriormente mencionas también ya habían intentado secuestrar a un menor”, explicó.
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En cuanto al modo en que lograron engañar a la madre del pequeño, la terapeuta subrayó que la necesidad económica y la confianza juegan un papel fundamental.
“Por un lado, puede ser la tan grande necesidad económica, pero por otro lado quizá la inocencia y la confianza. Más cuando ya vienes conociendo a la persona, desde el embarazo ya tenía contacto con estas personas. Es la manera en que operan: por un tiempo largo tratan de obtener tu confianza, para que después puedas hacer lo que hizo ella con la confianza de dejarles al bebé, porque uno no se imagina las malas intenciones o hasta dónde puede llegar este pensamiento negativo”, comentó.
Para los padres de Juan Carlos, el impacto de esta experiencia podría traducirse en un estado de hipervigilancia constante.
“Me imagino que de aquí en adelante van a estar hipervigilantes de cualquier persona que se les quiera acercar. Pueden desarrollar una paranoia y también sufrir de un gran estrés, problemas para dormir o sobresaltos ante cualquier situación, ya sea que les toquen el timbre de la puerta o cuando salgan de casa. Quizá se sientan más vulnerables y con miedo de que alguien les arrebate a sus hijos de los brazos”, advirtió la terapeuta.
Finalmente, Ruiz Coronel recomendó que la familia de Juan Carlos reciba apoyo psicológico.
“Que vayan a terapia para que puedan ser unos mejores padres, que no les transmitan toda esta angustia y este miedo a sus hijos, a Juan Carlos y a su hermanita, para que ellos puedan ser mejores padres y no agravar la situación que de por sí ya el bebé o los bebés sufrieron”, concluyó.