Por más de un siglo, el Estanquillo Plaza, ubicado en la plaza de armas de Lerdo, se ha dedicado a refrescar a las familias lerdenses, donde ahora con la tercera ola de calor, las ventas de gaseosas se han incrementado hasta en un 30 por ciento respecto a una temporada normal, siendo el Agua Celis, la reina de las bebidas de locales y foráneos por su gran demanda.
Este local ubicado al centro de la plaza por la calle del Paseo Sarabia y enfrente del Palacio Municipal, cuya estructura sigue literal siendo la misma, a base de cemento con pisos de mosaicos hechos casi artesanales desde hace muchos años, el cual ha visto el ir y venir de muchas épocas doradas del Lerdo porfiriano, posrevolucionario y villista hasta los tiempos mal recordados de la violencia delincuencial.
Las hermanas Yamel y Rosa María Ramírez Martínez, desde hace algunos años trabajan esta fuente de sodas, que para los visitantes y locales se convierte en un oasis en el desierto y más frente a las temperaturas en la región que se han elevado hasta los 38 y hasta 40 grados centígrados.
Con una sonrisa en su rostro, las hermanas se muestran orgullosas de su negocio, pero sobre todo satisfechas por el trato que ofrecen a los clientes y donde su mayor recompensa es conocer casi el nombre de todos y que en esa relación diaria se han vuelto familia, pues muchos concurren a refrescarse, a comprar un cigarro suelto y a platicar un rato de cómo ha sido su día ya sea en el trabajo, en sus comercios o trámites o pagos que acuden a hacer en Presidencia.
Explican que en lo que fue el mes de mayo las ventas de aguas gaseosas se incrementaron hasta en un 30 por ciento, pues si bien en una época normal se les llega a vender hasta cien vasos entre chicos o litros, con temperaturas como estas donde rebasan los 38 y hasta los 40 grados la demanda se aumenta hasta 130 vasos diarios.
Las comerciantes dicen que la gaseosa que más se vende es el agua mineralizada, más conocida como Celis con limón, donde la gente la pide y la consume para saciar su sed y mitigar las extremas temperaturas, a lo que le agregan sal para ayudar a retener líquidos que se pierden sobre todo al andar en las horas más intensas del calor.
Relatan que hay gente ya muy mayor de más de 80 años y recuerdan que ahí acudían de chavos. Arriban en bastón, andador o silla de ruedas acompañados de familiares y al llegar al Estanquillo Plaza, pide su agua preferida y comienzan a relatar historias desde cuando acudían de jóvenes.
MP