Juntas suman 167 años, son 3 generaciones de la familia Cedillo, unidas por sangre, mujeres fuertes, resilientes y empoderadas.
Una historia que enmarca una vida de tiempos difíciles y logros significativos, ella es la señora Nieves Cedillo una mujer de 90 años.
"Yo trabajé mucho cuando vivíamos en el rancho, cuando era tiempo de sembrar las labores, íbamos a dos yuntas, de un lado me colgaba el maíz y del otro lado el frijol, estaba lejos de la casa la labor a cargar agua y a lavar en los lavaderos de madera y con tanto muchacho (hijos), ustedes no sabrán de la lechuguilla que tallaba uno en el monte".
Se casó a los 19 años y enfrentó las responsabilidades desde muy joven.
La falta de acceso a la educación fue una realidad en su vida, pues sólo cursó hasta segundo de primaria.
"¿Usted hasta que grado estudió?, hasta segundo de primaria porque los maestros eran muy malos en la escuela, entonces fui y le hablaron a uno para salir uno, me hablaron dije presente y el maestro de la nada me jaló el cabello, llegué llorando a la casa y a decirle a mi papá y me dijo, ya no va mija y pues ya no fui, pero de todos modos aprendí ahí en la casa, mi papá me ponía a hacer letritas y aprendí, se escribir poquito y leer también”.
Los pensamientos y creencias entre las 3 generaciones son distintos y han evolucionado con el paso de los años, en donde cada una a su manera ha allanado camino para las futuras generaciones.
“Nada, ahora las muchachas luego, luego corren con su mamá, nombre corren y dejan a la familia, no, no eso no está bueno, desde que se casan con ellos hay que aguantarse".
"Mi bisabuelita tiene unos pensamientos muy distintos a los míos, si me ha dicho que si me llego a casar tengo que hacerme tipo sumisa al hombre y mi abuela también me dice que si me voy a casar tengo que respetar a mi marido, hacerle todo lo que quiera, pasarle todo lo que haga y mi mamá ella si piensa diferente".
En este Día Internacional de la Mujer, celebramos a esta extraordinaria familia, un símbolo de fortaleza y evolución a lo largo de las generaciones.
Su historia nos habla de la importancia de reconocer y honrar las contribuciones de las mujeres en todas las edades.
"Decirles a todas que muchas felicidades que no se dejen de nadie y que valemos mucho y que no se dejen humillar, que le echen ganas y todas valemos mucho, trabajen o no trabajen como quiera valemos mucho uno como mujer".
Desde la bisabuela hasta la más joven, cada una ha dejado una huella imborrable en la historia de su familia y en la lucha continua por la igualdad de género.
mvls