Puebla, una ciudad rica en historia y tradiciones, celebra cada año la tradicional Feria de los Panzones y las Mulas, un evento que combina devoción religiosa, historia y folklór popular, con la deliciosa gastronomía poblana.
Este festejo, también conocido como el Día de las Mulas o el Día de los Manueles, es una manifestación cultural que se lleva a cabo el jueves de Corpus Christi, 60 días después del Domingo de Pascua.
El Día de Corpus Christi, llamado así tras la reforma litúrgica del Concilio Vaticano II que tuvo lugar en el siglo XX, es una festividad católica que celebra la presencia de Cristo en la Eucaristía.
¿Qué significan los panzones y las mulas en Puebla?
En Puebla, esta celebración adquiere características únicas que la diferencian del resto del país. La tradición se remonta al año 1588, cuando fue introducida en la ciudad y adoptó un carácter festivo que mezclaba la liturgia con la diversión barroca.
Una de las figuras centrales de esta festividad son los "Panzones de Corpus", muñecos que caricaturizan a los hacendados ricos del siglo XX con enormes barrigas y vestimentas extravagantes, y a sus esposas pintadas exageradamente.
Estas figuras no sólo representan una burla a la aristocracia de la época, sino que también evocan la picardía popular que ha perdurado a lo largo de los años.
El nombre de "Día de las Mulas" tiene varias explicaciones. Una de las leyendas más difundidas cuenta que San Antonio de Padua, al intentar convertir a un no creyente, demostró la presencia de Cristo en la Eucaristía haciendo que una mula se arrodillara frente a la hostia.
Otra versión sugiere que el nombre proviene de la costumbre de los fieles de utilizar mulas para transportar ofrendas y alimentos desde lugares lejanos, lo que llenaba el sitio de celebración con estos animales.
¿En dónde se celebra la Feria de los Panzones y las Mulas?
La periferia del zócalo de Puebla, en avenida Juan de Palafox y Mendoza y la calle 6 Norte, hasta llegar a las 10 Oriente, se convierte en el epicentro de esta fiesta, donde los comerciantes y artesanos llegan con sus mercancías cargadas en mulas, recreando una escena tradicional que se ha mantenido viva en la memoria colectiva.
Estas mulas, adornadas y cargadas de "huacales" (canastos), se han convertido en símbolos de la festividad y son representadas en pequeñas figuras de barro, yeso o hojas de maíz, que se intercambian como regalos entre amigos y familiares.
La Feria de Corpus Christi celebra la fe y la riqueza cultural, gastronómica y folclórica de Puebla. En la Plazuela del Parián y sus alrededores, los asistentes pueden encontrar una variedad de juguetes tradicionales mexicanos como caballitos de palo, trompos, yoyos y guitarras de madera, junto con los icónicos "Panzones" y "Muñecas de Cartón".
Los antojitos típicos de Puebla son una parte esencial de esta celebración. Platillos como chalupas, tostadas, pelonas, mole poblano y barbacoa, acompañados de bebidas como el téjate o cacao, una bebida prehispánica de origen oaxaqueño, ofrecen un manjar para el paladar de los visitantes.
ERV